Entrevista a Kevin Carson
Hemos hecho una entrevista a Kevin Carson, autor mutualista que ha escrito el libro «Studies in Mutualist Political Economy», que ha ayudado a retomar la teoría mutualista como un planteamiento de anarquía sólido. Esperamos que la disfrutéis.
[www.mutualismo.org] – Antes de nada, queríamos felicitarle por su gran trabajo teórico y de difusión del anarquismo.
[Kevin Carson] – Muchas gracias
[Mut.] – ¿Cómo ve el movimiento mutualista -y anarcosocialista en general- en EEUU? Es más, ¿existe? ¿Tiene alguna incidencia en la calle? ¿Cree que tiene potencial de expansión en el futuro?
[K.C.] – Bueno, he de admitir que no soy exactamente un activista o militante. Hay un extendido movimiento anarcosocialista en E.E.U.U., al igual que uno de anarcocapitalistas rothbardianos. Pero no creo que mi trabajo haya tenido mucha influencia a un nivel de organizaciones. Mi mayor influencia ha sido a la hora de promover ideas. En círculos libertarios de libremercado he tenido cierto éxito al cambiar de dirección las conversaciones de un punto de vista antiguo y convencional libertario centrado en los grandes negocios, siendo los ricos los «buenos», y los pobres y demás los «sospechosos» de ser los principales chicos «malos» detrás del estatismo. En círculos de izquierda, he tenido cierto éxito a la hora de promover un entendimiento del estado como la fuerza detrás del poder corporativo y otros males a los que la izquierda se opone, y promover a la vez que entender al Mercado como la fuerza liberadora contra el poder corporativo.
[Mut.] – ¿Qué papel cree que juegan su libro Economía Política Mutualista y Usted en dicho movimiento?
[K.C.] – Prácticamente lo mismo que arriba: su mayor efecto ha sido aumentar el conocimiento de los tipos de ideas a las que quiero que se preste atención, más que promover cualquier tipo de organización o cualquier movimiento particular alrededor del libro.
[Mut.] – ¿Cree que el mutualismo puede influir en otras zonas del mundo, donde la tradición anarcoindividualista es menos arraigada que en EEUU?
[K.C.] – Espero que al menos ayude a impulsar una postura más abierta hacia el Mercado y que sea una fuerza para el bien, y socavar su convencional asociación con el capitalismo y el poder corporativo.
[Mut.] – ¿Qué relación mantiene con los anarcocomunistas de su zona? ¿Se está dando un debate interno en el seno del anarcosocialismo norteamericano?
[K.C.] – Como digo, no soy exactamente un militante y no me acerco mucho a las organizaciones. No es un defecto por mi parte, pero soy mejor en lo que me concentro: circulando las ideas en sí. Me escribo con un número considerable de comunistas, sindicalistas, pero en una base individual.
[Mut.] – ¿Algún día comercializará su libro y nos brindará alguna conferencia en España o Latinoamérica?
[K.C.] – Creo que hay al menos un grupo en España trabajando en la traducción de Política Mutualista Económica, y hay otros grupos traduciéndolo a polaco y portugués. Podría haber otros. No lo voy a mercantilizar directamente, porque todo lo que me podía permitir lo utilicé en los costos de la versión inglesa con mi publicador. Pero aprecio los esfuerzos de otros que trabajan en traducciones, y no hace falta decir que están completamente autorizados a obtener cualquier beneficio que les ayude a amortizar sus gastos. Comparto la visión de Woody Guthrie del copyright: «Cualquiera que reproduzca este trabajo sin nuestro permiso será considerado muy buen amigo nuestro».
En cuanto a aparecer en conferencias, tengo circunstancias familiares que limitan mi capacidad de viajar. Y si alguna vez has visto el sketch satírico de los Honeymooners sobre el «Chef of the Future (Jefe del futuro)», te harás una idea de mi habilidad de hablar en público.
[Mut.] – Usted mantiene que el desmantelamiento del Estado deberá hacerse siguiendo un orden: los impuestos deben suprimirse de abajo a arriba y las subvenciones de arriba a abajo. Bien, ¿no supone eso alguna forma de transición parlamentaria? ¿Cómo propone llevar eso a cabo?
[K.C.] – Lo veo más como un argumento que como una forma de llevar la transición, como un argumento para cualquier movimiento político que exista para desmantelar el estado y que concretara ciertas prioridades. Más importantemente, los defensores del mercado libre genuino no debieran conformarse con una agenda de «libre mercado» hecha por los intereses del estado capitalista (el farsante modelo de Reagan/Thatcher de «desregulación» y «privatización» que refuerza el control corporativo de la economía). Debiera trabajar para desmantelar el estado según sus prioridades, a la vez que debilitar el capitalismo de estado como sistema de poder. Eso significa, en mi opinión, una focalización prioritaria en el desmantelamiento de los baluartes del privilegio en sí, en vez de solo desregularizar las restricciones sobre cómo se puede abusar del privilegio. Mediante la analogía, el modelo neoliberal de una «reforma de libre Mercado» asciende a revocar las leyes en contra de vencer tus esclavos, mientras se deja la esclavitud intacta.
[Mut.] – Cuéntenos un poco de su vida, ¿Cómo llegó al anarquismo?
[K.C.] – Es una historia un poco convulsa. Empecé siendo algo así como un paleocon (Russell Kirk, Richard Weaver y todo eso) y me moví rápidamente a través de insignificantes movimientos burgueses radicales: los niveladores y los «commonwealthmen», los anglo republicanos del siglo XVIII, los distributistas y agrarios, y otros más. Probablemente mi primera gran influencia fue la «Escala humana» de Kirkpatrick Sale, que me hizo empezar a leer del bienestar corporacionista, las economías de escala y la descentralización económica. Mientras, empecé a pensar en mí mismo como un «izquierdista» y me uní a los Wobblies (IWW).
En algún momento de esa época empecé a leer trabajos del anarquismo y el pensamiento radical. «The American as Anarchist» de David de Leon y «The Backyard Revolution» de Harry Boyte eran dos libros especialmente buenos. La antología de Henry Silverman «American Radical Thought: The Libertarian Tradition», incluía un excelente surtido de los anarquistas de Boston, Rothbard y Hess, y Carl Oglesbee y otros «New Leftists». De ahí pasé a leer a los rothbardianos y a Tucker, junto con un FAQ anarquista.
También fui introducido a la crítica de Chomsky hacia el sistema corporacionista global y el capitalismo norteamericano estatista, lo que me llevó a un grupo de pensadores incluyendo Gabriel Kolko, William Blum, y otros muchos.
[Mut.] – ¿Qué opinión tiene sobre la simbiosis entre mutualistas y algunos anarcocapitalistas (left-rothbardians)? ¿Es posible? ¿Qué resultaría de ello?
[K.C.] – Creo que es algo muy bueno. La simbiosis mutualista, junto con los rothbardianos de izquierdas y los libertarios socialistas que no impulsan el mercado es posible. Eso influenciado por el pensamiento del rothbardismo de izquierdas, y creo que mis ideas tienen cierta influencia también. Muchos rothbardistas de izquierda han mostrado una postura abierta que los acerca a la izquierda libertaria. Al mismo tiempo, muchos de los pertenecientes al movimiento anarquista tradicional han abandonado su hostilidad generalizada al anarquismo de Mercado y están más abiertos a tratos con anarcoindividualistas de mercado al trabajar en casos particulares. Un buen ejemplo es Chuck Munson. Durante años ha sido muy hostil con los anarcocapitalistas que se autoproclamaban anarquistas. Todavía no los considera parte del movimiento histórico anarquista, y probablemente lo hará. Pero ha reconocido que no todos los Rothbardianos de izquierda son cínicos defensores de las corporaciones, y tiene una buena relación laboral con Brad Spangler y otros miembros de «Alliance of the Libertarian Left.
[Mut.] -¿Cree suficiente la eliminación del monopolio del dinero o cree, como Silvio Gesell, que es necesaria una reforma profunda del dinero en sí? A propósito, ¿qué opina de Silvio Gesell?
[K.C.] – Contacto de vez en cuando con un especialista del pensamiento económico de Shia, que está bien versado en el neo-keynesianismo y otros tipos de economía heterodoxa. Me recuerda a mi aprobación al georgismo como un estado intermedio en la evolución mediante un sistema basado en la ocupación de la tierra (como digo, un georgista mañana y un tuckerista pasado mañana). De igual manera, se puede ser geselliano mañana y defensor de la banca mutualista de Greene al día siguiente. Tiene mucho sentido. A la vez que se desmantela el estado, una mezcla de las ideas de Gesell y el crédito social podrían ser un punto intermedio muy bueno. En particular la depreciación parece una herramienta muy útil para los sistemas LETS y otras redes de trueque. Los sistemas LETS, típicamente, no paran de atascarse porque la limitada oferta de ocupaciones hace que haya poco donde se pueda gastar. La depreciación se puede utilizar para tornar esta tendencia.
[Mut.] – Los anarquistas como Tucker o Spooner ponían mucha atención en la acción pacífica, y usted también ha llamado a «construir la nueva sociedad en la cáscara de la vieja», pero, ¿cree que será necesaria la violencia finalmente?
[K.C.] – Tiendo a pensar que será necesaria finalmente, aunque no soy dogmático respecto a ello. En mi opinión la distinción entre enfoques evolutivos y revolucionarios es pomposa. Incluso los revolucionarios piensan que gran parte del trabajo de calle de una futura sociedad se debe hacer previamente a la revolución.
Por otro lado, incluso los modelos evolutivos probablemente aceptan la posibilidad de una defensa final de las élites al poder, lo que implica al menos una violencia esporádica en algún punto de la transición. Debiéramos estar de acuerdo en construir todo lo que podamos para una sociedad futuro, en forma de contrainstituciones, sin violencia, pero preparados para defender aquellas nuevas instituciones en el frente de un as alto contrarrevolucionario.
[Mut.] – Y por último, ¿cómo crees que los anarquistas de Mercado se debieran acercar a los anarcocomunistas pudiendo así hacer el movimiento anarquista más fuerte?
[K.C.] – Generalmente hablando, debatiendo las áreas de desacuerdo de una forma cívica, y maximizando y construyendo en las áreas de coincidencia. Una posible base de Concordia sería una especie de panarquía, o «anarquía sin adjetivos», propuesta por Voltairine DeCleyre y Dyer Lum. Tuckeristas, georgistas y lockeanos, y comunistas libertarios debieran coincidir en el respeto a los diferentes sistemas propuestos por unos y otros donde cada uno tenga más influencia, y centralizarse de mientras en una alianza en contra del estado corporacionista centralizado.