Las multinacionales, ¿nos sacarán de la crisis?
Existe la idea de que la subvención pública de las grandes empresas puede ofrecer la salida definitiva a la crisis: ya que las pequeñas y medianas empresas se retraen y la gente en general desconfía del panorama económico, una intervención estatal decidida en algunos sectores clave podría crear nuevos puestos de trabajo, que tendrían un efecto multiplicador en la economía y devolverían la confianza a los individuos. Además, si logramos que “nuestras” grandes empresas sean competitivas en el exterior, ello redundará en beneficios para toda la población.
Por algún motivo, los tecnócratas izquierdistas no aprecian que las grandes empresas no han sacado España adelante sino al contrario, le han costado y le cuestan al contribuyente (es decir, a las pymes, autónomos y trabajadores) millones de euros al año en concepto de préstamos, regalos y subvenciones. No podemos confiar nuestra recuperación en un sector de la economía lisiado que necesita la ayuda de su propio paciente para sobrevivir. Sin la actividad diplomática del Estado español en el exterior, ofreciendo préstamos o regalando material ferroviario y de otro tipo de infraestructuras a los países receptores (p. ej. en Marruecos o India), nuestras grandes empresas no podrían operar en el extranjero. Y este solo hecho es indicio de que no son tan rentables como afirman los propagandistas, señalando los altos salarios de tal o cual industria, sino que probablemente sean menos eficientes que aquellas empresas de menor tamaño que, dejando igual o mayor remanente de riqueza, necesitan de menos ayudas por parte de la administración.
A los socialdemócratas les pasa lo que a los economistas de pacotilla, tal y como advertían Bastiat y Hazlitt: ven la riqueza creada por las multinacionales, pero no ven la que ha sido destruida precisamente por promover ese tipo de organizaciones a costa del contribuyente, ni las posibilidades de la producción descentralizada en caso de que tal extracción forzosa jamás se hubiese dado. En la medida en que las pequeñas empresas destruyen en primer lugar menos ahorro (ya que no necesitan subvenciones financiadas vía impuestos), son especialmente idóneas para liderar la recuperación de la crisis.
De otra parte, el efecto “multiplicador”, que llevaría, según los keynesianos, a que un pequeño incremento del consumo multiplicase la demanda de bienes de capital y beneficiase a toda la economía, olvida tanto que el incremento del consumo debe hacerse a costa de otro tipo de consumo en otros sectores de la economía (p. ej. pequeñas empresas) como que la multiplicación en la demanda de bienes de capital requiere de un ahorro previo.
El capitalismo es incompatible con una salida rápida de la crisis: la única forma de hacerlo consiste en dejar que los malos proyectos sean depurados (véase bancos, grandes plantas, etc.) y reducir los impuestos, de forma que el ahorro sea lo más amplio posible y el consumo no esté forzosamente distraído en alimentar a los dinosaurios corporativos. Una crisis es la mejor oportunidad para que de sus cenizas nazca una nueva economía que, sostenida en un auténtico sistema de precios, descentralizada y a pequeña escala, elimine los problemas de cálculo y mal inversión del estatismo corporativo imperante.
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5 Responses to Las multinacionales, ¿nos sacarán de la crisis?
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« Los equipos de trabajo autodirigidos: una ventaja competitiva La filosofía agorista »
En la actualidad el Estado y el Capital son la misma cosa (el sistema económico garantiza la existencia del Estado y viceversa), y la supervivencia de este sistema va unida a los dos. Dejar caer al Estado supondría el fin del capitalismo. Y si cae el capitalismo el Estado moderno se transformaría en vete a saber qué. A mí también me cabrea bastante el salvamento de tanto banco, de tanto forum y de tanto especulativo.
¿Esto lo has escrito por la discusión en Foropolitíca? Muy bueno, el post (en tu línea es decir).
Saludos
Tampoco sé qué decir de las PYMES… las que conozco invierten mucho más en gestorías que les consigan subvenciones que en su producción interna. A lo mejor es una inercia por imitación de las grandes, pero el comportamiento de las PYMES en España se aleja de la competencia. O sea, que si crecieran, harían lo mismo que las grandes actuales.
@ Sol:
Pienso que el Estado sin capitalismo sí puede existir -véase la URSS-, a menos que lo entiendas en un sentido amplio, aunque sí estoy de acuerdo en que al Estado le beneficia la simbiosis.
@ Raskolhnikov:
Gracias! sobre todo ha sido a raíz de esa discusión, sí, y de paso podía hablar de temas relacionados como el «multiplicador» keynesiano.
Por cierto, se me ha olvidado mencionar la investigación militar, creo que tú tenías un informe sobre ese tema en España, ¿verdad?
@ Libertista:
No quería decir que las pymes estén libres de pecado, sino que su modelo de negocio (principalmente de distrbución) no necesita ningún soporte estatal, al contrario que los grandes.
Un saludo.
Victor: «Pienso que el Estado sin capitalismo sí puede existir -véase la URSS-, a menos que lo entiendas en un sentido amplio».
Sin capitalismo ha habido otros sistemas económicos, o por lo menos eso dicen, en las épocas de predominio esclavista, feudal, imperios hidráulicos… Actualmente van unidos capital y Estado. En cuanto a la URSS, había un sistema de capitalismo con empresa única centralizada en manos del Estado. La relación económica que marca la existencia de capitalismo, la da la relación salarial y la propiedad de los medios de producción, y en la URSS los trabajadores eran asalariados de las empresas estatales. Más capitalismo no se puede pedir: millones de asalariados para un único patrón. Actualmente en China, Vietnam, Corea del Norte, Cuba, hay diversas modalidades de ese sistema, que es capitalista. Si queréis podéis ver al Estado como una gran empresa que oferta algunos servicios. En algunos compite, en otros ostenta el monopolio.
«El capitalismo es incompatible con una salida rápida de la crisis: la única forma de hacerlo consiste en dejar que los malos proyectos sean depurados (véase bancos, grandes plantas, etc.) y reducir los impuestos, de forma que el ahorro sea lo más amplio posible y el consumo no esté forzosamente distraído en alimentar a los dinosaurios corporativos. Una crisis es la mejor oportunidad para que de sus cenizas nazca una nueva economía que, sostenida en un auténtico sistema de precios, descentralizada y a pequeña escala, elimine los problemas de cálculo y mal inversión del estatismo corporativo imperante.»
Ya ves que tienen reservas y recursos para rato. Y ya ves que no van a dejar caer a los malos inversores. Hoy Raúl Castro ha salido diciendo que hay que salir de la crisis como sea en Cuba. Han cedido en usufructo la tierra a trabajadores individuales, están permitiendo formas de gestión privada para incrementar la producción de alimentos. Si un Estado sometido a bloqueo y con un déficit crónico no ya de tecnología, sino de comida, aguanta impertérrito, es que hay capitalismo estatal para rato.