Rebelión en los mercados

Nov 21 • Mutualismo • 8199 Views • 6 comentarios en Rebelión en los mercados

Co-op activism2La Red de Redes de Economía Alternativa y Solidaria (en adelante REAS) es una organización española compuesta por entidades relacionadas con la economía social (cooperativas, empresas de inserción, asociaciones y organizaciones no lucrativas, etc.) y consumidores interesados en conceptos como el comercio justo, el compromiso social y los productos ecológicos.

Es un proyecto interesante y yo personalmente considero a su idea del mercado social como algo muy parecido a lo que podría ser la praxis del mutualismo. Aunque es necesario decir que eso sí, no manejan una ética como la nuestra, pues en su página se menciona que el Gobierno de Navarra ejerce de patrocinador, algo que es contrario a las ideas libertarias. De todas formas, no voy a desmerecer toda la iniciativa por eso ya que hay otras cosas en su proyecto que podemos valorar positivamente como libertarios, pero sí que me gustaría comentar algunas cosas respecto a la concepción del mercado que tienen, con las que no estoy del todo de acuerdo, para así invitarles, si así lo desean, a una reflexión sobre la naturaleza e implicaciones de los mercados y el papel que las administraciones públicas gubernamentales tienen en ellos.

En uno de los documentos de REAS podemos ver las consideraciones que tienen sobre el concepto del mercado como institución social:

Desde el pensamiento económico dominante, el mercado es concebido como el ámbito donde se organizan los intercambios de bienes y servicios entre vendedores y compradores conforme a un sistema de precios regulado por la oferta y la demanda. Desde REAS no compartimos esta visión, al contrario somos de los que creemos que se trata de una construcción social que, tal como ha evolucionado a lo largo de la historia, debe y puede seguir evolucionando. Por ello planteamos la necesidad de incorporar al mercado los valores de equidad, solidaridad y sostenibilidad.

Yo creo que en realidad los precios del mercado nunca han sido regulados por la oferta y la demanda en toda su extensión —o si alguna vez lo fueron, eso fue hace ya demasiado tiempo— sino que los procesos que llevan a la determinación de los precios han estado históricamente condicionados por la acción del Estado, con lo cual la ley de la oferta y la demanda queda distorsionada y desvirtuada.

Por ejemplo los impuestos que el Estado cobra a la ciudadanía sirven para sufragar las carreteras, para construir las grandes infraestructuras como puertos o aeropuertos y para cubrir los gastos de investigación y desarrollo. Todo ello ha conseguido que los costes en materia de investigaciones y transporte para las grandes corporaciones sean artificialmente bajos lo que falsea la ley de la oferta y la demanda ya que las grandes empresas están en condiciones de ofertar más barato que los negocios más pequeños y familiares —como las entidades que componen REAS—, no por su propio mérito sino como consecuencia derivada de la activa y masiva intervención del Estado. Esto perjudica notablemente a aquellas economías que no son de escala, como los pequeños negocios locales, las pequeñas cooperativas y empresas individuales y familiares, a las que luego se las intenta «compensar» desde las administraciones públicas con «fondos de cohesión» y «programas de ayudas solidarias» —el propio patrocinio del Gobierno de Navarra a REAS es un buen ejemplo— y que son migajas que los poderosos ofrecen a los pobres que no compensan en absoluto la riqueza que previamente les ha sido privada por la intrusiva acción del Estado que ha adulterado fatalmente (para los pobres, los productores y consumidores) y afortunadamente (para los más ricos y poderosos, los rentistas y grandes capitalistas) las condiciones de la oferta y la demanda.

Kevin Carson lo expresa así:

[…] la función central del gobierno bajo el capitalismo estatal: subvencionar los gastos de explotación de los grandes capitales, de modo que su ineficiencia y el tamaño hinchado sean artificialmente rentables, y sean mantenidos artificialmente competitivos contra las empresas más eficientes ocupadas en la producción descentralizada para los mercados locales.

Por otra parte en REAS opinan que los agentes de la economía social debe organizarse y crear sus propios ecosistemas para hacer frente al reto de las economías de escala, algo con lo que estoy totalmente de acuerdo, pero en mi opinión, no hacen un buen análisis de lo que implica el modelo neoliberal que se da en la actualidad para el mercado:

Las iniciativas de economía social y solidaria necesitan intercooperar más entre sí para consolidarse y desarrollarse en medio de unos mercados cada vez mayores y más desregulados.

Yo creo, sin embargo, que cuando los políticos neoliberales hablan de «libre mercado» en realidad se refieren básicamente y más que nada, a recortes sociales en el «Estado del bienestar», pero la intervención y las regulaciones que favorecen a las economías de escala, no han disminuido. Kevin Carson habló así sobre el tema de las regulaciones:

En general los niveles de gasto del gobierno, de hecho, han seguido elevándose bajo el neoliberalismo. Con más exactitud puede llamarse “nueva regulación” a la “desregulación”: un cambio de las actividades del Estado regulador en una dirección más amistosa con las corporaciones. La “privatización” de las actividades del gobierno, como ha puesto sobre la mesa Hildyard, deja una parte mayor de funciones bajo la dirección nominalmente privada, pero operando dentro de una red de protecciones, ventajas y subvenciones en gran parte definidas por el Estado. Los recortes en servicios sociales han sido más que compensado por otras formas de gasto que subvencionan los costes de las operaciones de las empresas corporativas. Las subvenciones para desarrollos multilaterales de bancos son especialmente necesarias para atraer muchas inversiones de provechoso capital extranjero, y están en aumento. Los acuerdos comerciales neoliberales incluyen un marco legal (p. ejemplo los supuestos derechos [sic] de “propiedad intelectual”) diseñados principalmente para proteger a los grandes capitales contra el mercado. Muchos de estos acuerdos requieren la creación de cuerpos internacionales, gobiernos supranacionales de facto, para invalidar la política de los estados signatarios.

Con todo esto se ha conseguido crear una visión del mercado como una institución cruel donde la competencia como factor económico ha pasado, como si de un cínico ejemplo de doblepensamiento orweliano se tratase, de designar el proceso por el cual se tendrían que estrechar hasta desaparecer finalmente los márgenes de beneficios de los capitalistas y rentistas, favoreciéndose así a los productores y consumidores, a un escenario hipócrita y cruel donde los más artificialmente fuertes, esos cerdos cebados por el granjero llamado Estado que son las grandes corporaciones, explotan inmisericordemente a los más débiles, el sufrido caballo representativo del proletariado, los productores y consumidores, apenas alimentado por el granjero con un poco de heno a través de eso que él llama «Estado del bienestar».

En palabras de Kevin Carson:

Entre los apologistas neoliberales del poder corporativo y los apologistas del Estado del Bienestar regulador, consiguieron robar el término “libre mercado” y distorsionar su reconocimiento. Como comentaba Albert Nock hace varias décadas, el “laissez-faire” es un término impostor usurpado cínicamente tanto por los apologistas de las grandes empresas como por los grandes apologistas del gobierno. Está en su común interés fingir que la actual economía corporativa surgió de un mercado libre, y que sólo la intervención del gobierno puede limitar el poder corporativo (cuando en realidad no podría sobrevivir, y no podría existir previamente, sin la intervención gubernamental). Aquellos de nosotros que odiamos el mercantilismo y el privilegio necesitamos tomar de nuevo el término “libre mercado” de estos cerdos, y restaurar el buen sentido revolucionario que tenía antes de que fuera apropiado por los apologistas de la riqueza mal obtenida.

El mercado despojado de todo ese intervencionismo, es decir el mercado genuinamente libre donde los productores puedan hacer intercambios libres e igualitarios, que es lo que preconizaban los mutualistas como Pierre-Joseph Proudhon, Josiah Warren o Benjamin Tucker, no sería ni más ni menos que algo muy parecido si no igual al mercado social definido por REAS:

Un mercado en el que los pequeños productores vuelvan a controlar la venta y distribución de lo que producen y puedan fijar el precio de sus productos o lo fijen en común acuerdo con el consumidor.

Creo que la evolución del mercado como construcción social consiste en buscar una forma pacífica de conseguir una rebelión en los mercados para que éstos se conviertan en lo que deberían ser realmente: una institución donde los productores y consumidores interactúen libremente y tengan acuerdos voluntarios y en paz, y no lo que ahora son, esa institución cortada a la medida de las grandes corporaciones, por sus mejores amigos, los gobiernos.

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Referencias y bibliografía:

REAS. Construyendo un Mercado Alternativo de Economía Solidaria. http://www.economiasolidaria.org/files/mercado_social_presentacion.pdf

Kevin Carson. Reclamando el lenguaje robado «de mercado». http://www.mutualismo.org/2008/10/reclamando-el-lenguaje-robado-de-mercado/

Kevin Carson. El mito del Estado mínimo neoliberal. http://www.mutualismo.org/2008/09/el-mito-del-estado-minimo-neoliberal/

Wikipedia. Artículo sobre la novela Rebelión en la granja de George Orwell. http://es.wikipedia.org/wiki/Rebelión_en_la_granja

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6 Responses to Rebelión en los mercados

  1. Victor L. dice:

    Muy buen post, Algarcía! 🙂

    La banca JAK, aunque mantienen una saludable neutralidad ideológica, sí está bastante más cerca del mutualismo político de lo que pueden estar otros proyectos de economía alternativa. Me consta que algunos de sus miembros simpatizan con nuestras ideas, y que algunos anarquistas suecos (no sé si de mercado) frecuentan el local del banco.

  2. Martin dice:

    Muy buenas,
    aunque el artículo o post tenga tiempo ya, me ha gustado mucho!
    Ánimo con el curro de difusión que estáis haciendo, que creo es muy importante!!

  3. […] [2] El Madrid existe el Boniato, utilizado por la REAS. […]

  4. […] [2] El Madrid existe el Boniato, utilizado por la REAS. […]

  5. daniel dice:

    Hace un tiempo tuve una conversación con unos okupas chilenos, que habían fundado una organización libertaria totalmente garantizada por el Estado. Concursaban por fondos para financiarse y los ocupaban en proyectos anarquistas. Ellos lo entienden como una forma pacífica de recuperación y expropiación. ¿Es coherente con los principios libertarios?

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