La anarquía y las corporaciones (I)

Abr 2 • Mutualismo • 7208 Views • 7 comentarios en La anarquía y las corporaciones (I)

Probablemente, si comentara a grandes rasgos mi idea de anarquía basada en el libre mercado a cualquiera de las personas que me cruzo cada día por la calle, la reacción sería de espanto. “¿Cómo? ¿va a dejar Usted que las multinacionales se repartan el mundo?” o, como dijo el propio Noam Chomsky tras elogiar el igualitarismo de los liberales clásicos: “las personas que hoy se llaman a sí mismas libertarias […] están en realidad defendiendo una concentración extrema de poder, defienden uno de los sistemas más totalitarios que jamás hayan sufrido los seres humanos”. [1]

Obviando las diferencias entre los anarcocapitalistas a los que se refiere Chomsky y los mutualistas, esta es la idea que puede tener el ciudadano medio de nuestra ideología, y es por ello que debemos explicar, tras mostrar los efectos benignos del mercado sobre los asalariados (véanse El Estado y los trabajadores (I y II)), la imposibilidad de que persistan las grandes corporaciones en un libre mercado. Tomaré McDonald’s, por su valor simbólico, como ejemplo.

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McDonald’s tiene básicamente 5 pilares sobre los que se asienta su política de conquista de mercados, y sin los cuales su hegemonía sobre el pequeño establecimiento sería imposible:

 

1.    Subvenciones al transporte: ya ha sido comentado en otros artículos. Consiste en que el transporte marítimo a través del subsidio directo, y el transporte terrestre, a través de las infraestructuras públicas son subvencionados por el Estado. De esta forma esta gran corporación externaliza sus costes, que no repercuten en el precio final, adquiriendo una ventaja artificial sobre sus competidores.

 

2.    Responsabilidad limitada: De acuerdo con los supuestos principios de nuestros gobiernos, que “defienden” la propiedad, deberíamos esperar también que defendieran el derecho de los acreedores a recibir el importe de sus préstamos, pero, ¡bualá! Las corporaciones están exentas de dicha obligación; cuando no pueden pagar deudas con los activos de la empresa, esta se declara insolvente y la deuda queda sin pagar…aun cuando los bienes personales de los accionistas pudieran saldarla sobradamente.  Señores, en esto consiste el Capitalismo (sí; han leído bien, perdonen que no pueda concebirlo sin privilegios estatales).

 

3.    Salarios bajos: todo el mundo sabe que los empleados de los establecimientos de McDonald’s cobran una miseria, generalmente son jóvenes o personas sin estudios que no tienen otro remedio que aceptar sus condiciones, sin tan siquiera derecho a huelga. Pero, ¿seguirían siendo tan bajos dichos salarios en un libre mercado genuino? Hemos sugerido en artículos anteriores que no, que la afluencia de capitales aumentará los salarios y obligará a McDonald’s a aumentar los salarios si no quiere que se esfumen sus empleados ante la oferta mayor de empleos.

 

4.    Acceso barato o gratuito a recursos naturales: como ha puesto de manifiesto Greenpeace, los proveedores de la soja que ingieren los pollos de McDonald’s extraen dicho producto de explotaciones ilegales en la Amazonia, robadas muy a menudo a comunidades indígenas, de forma que adquieren sus plantaciones a través de lo que podríamos llamar “expropiaciones baratas”, generalmente con la complicidad de las mafias locales –terratenientes y políticos-.

 

5.    Trabajo esclavo: otro dato que ha rebelado el informe de Greenpaece [2] es que en la explotación de dichos recursos se utiliza mano de obra esclava, presumiblemente los indígenas expropiados. Nuevamente, reducen costos por medios ilícitos.

 

Recapitulemos. Imaginen que McDonald’s tuviera que competir en igualdad de condiciones con el bar de la esquina o la hamburguesería de su barrio; imaginen que sus accionistas pagaran cada barco que transporta sus pollos, pan o envases de la compañía, que pagan las carreteras, los puentes y las vías por las que se deslizan sus camiones; imaginen que deben pagar a sus trabajadores un salario acorde con un mercado más competitivo entre empresas, imaginen que las explotaciones agrícolas y ganaderas que proveen a McDonald’s deben comprar a los indígenas sus tierras o trabajar bajo sus condiciones –previsiblemente más respetuosas con el medio ambiente-, así como pagar a los campesinos el precio de su trabajo, en lugar de esclavizarlos…y, además, que los accionistas de la empresa fueran responsables de las deudas con sus activos, ¿alguien cree que bajo esas condiciones podrán desarrollarse las macrocorporaciones actuales?

 

McDonald’s es un monstruo nacido del estatismo que caerá con él. Aun sin tener en cuenta que no faltan razones para expropiarla.

—————————————————————————–

 

[1]: La lucha de clases. Entrevista a Noam Chomsky por David Barsamian. 1994. Chomsky hace alusión a los anarcocapitalistas, también llamados en Estados Unidos libertarians, pero su ataque contra ellos nos servirá para defender también el mutualismo.

 

[2]: http://www.greenpeace.org/espana/reports/devorando-la-amazonia-la-resp

http://www.greenpeace.org/espana/news/greenpeace-desvela-el-papel-de

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7 Responses to La anarquía y las corporaciones (I)

  1. Tsekub dice:

    Bastante de acuerdo pero, en ese mercado libre, ¿cómo se obligaría a pagar al «moroso fuerte»?

  2. Victor L. dice:

    Pues, en última instancia, la violencia es la única opción. El modo en que los acreedores pueden vencer a, por ejemplo, McDonald’s lo ignoro, pero supongo que ellos tendrán contratada su propia mutua de seguridad para hacer frente a los impaganos, además de que podrían asociarse todos los acreedores, etc. Además, si no salda las cuentas pendientes no podrá acceder a más capital a través de créditos, y muy pocos confiarían en la empresa para invertir en ella.

    De todos modos, lo principal es que la responsabilidad ilimitada disminuya la concentración empresarial y aumente los incentivos de los obreros para comprar/controlar sus puestos de trabajo.

  3. San dice:

    Que las corporaciones se apoyen en mecanismos estatales para expandirse no me dice nada, ya que todos los territorios del mundo tienen estado.

    Yo creo una empresa si me da la gana. Y en virtud de su no existencia de leyes, me podría asociar con quien quiera. Coger los recursos que me de la gana comprar y venderselos a quien quiera. Según sus normas de no inferencia, eso sería bueno.

    De todas formas me hace gracia lo del transporte. También ven mal las infraestructuras? O sea, que cada cual se contruya el trocito de carretera que pase delante de su casita, no?

  4. Victor L. dice:

    No entiendo tu objeción, San.

    No estamos contra las infraestructuras de transporte, sino contra la subvención de dichas infraestructuras -lo que falsea el tamaño de la empresa, entre otras cosas. En un libre mercado radical las carreteras serían privadas, y los aviones y barcos así como sus combustibles serían financiados con el dinero de los propios interesados.

    Eso significa que, al elevarse el coste, individuos y organizaciones utilizarían menos los medios de transporte y buscarían formas alternativas.

  5. San dice:

    «En un libre mercado radical las carreteras serían privadas»

    xD Buena forma de promover la libertad. Y entonces quien la cree obtiene una ventaja competitiva y puede dominar lo que pasa por ellas.

  6. raskolhnikov dice:

    Hombre si alguien tiene tanto dinero para tanta carretera…

    ¿Propones algo mejor San?

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