Libre mercado radical y hasta sus últimas consecuencias

Abr 19 • Mutualismo • 14885 Views • 20 comentarios en Libre mercado radical y hasta sus últimas consecuencias

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El libre mercado es tomado por la mayoría de la gente como un ideal reaccionario. Es la amenaza de los planes de pensiones públicos, la sanidad pública, la educación pública y los subsidios de desempleo. Es el enemigo de los pobres y los desvalidos. El enemigo de los obreros. La conspiración de los ricos, de los Chicago boys y de un puñado de políticos conservadores afincados en el gobierno americano.

Pero sucede que todos ellos no aplican la idea del libre mercado hasta sus últimas consecuencias y sin reservas – y no solo porque, en la mayoría de ocasiones, reserven una pizca de intervención estatal para respaldar los intereses de unos cuantos. No. Más bien porque, mientras arguyen persuasivos argumentos para demostrarnos la eficacia del libre mercado en la asignación de recursos a lo largo de la economía, se complacen al observar cómo unos cuantos planificadores centrales (los mismos que rechazan cuando se trata de la economía en global) toman la dirección interior de los negocios.

Mises, por ejemplo, creía ingenuamente que unos pocos directivos podrían llevar desde sus despachos la producción de toda una gran corporación a través de la contabilidad por partida doble. Alfred Chandler alababa la “mano visible” de las grandes corporaciones, en oposición a la “mano invisible” de Adam Smith, como un adelanto en el progreso económico y social. Y, detrás de ellos, un sinnúmero de managers y economistas (Milton Friedman, Joseph Schumpeter, Johan Norberg, Henri Fayol, Frederick Taylor, etc.) [1] se han dedicado a predicar las bondades de la planificación central empresarial, a pesar de ser, por lo general, favorables a algo que al menos se parecía al libre mercado.

El mutualismo, en cambio, se declara partidario del libre mercado radical y hasta sus últimas consecuencias: las jerarquías internas deben ser abolidas, los obreros deben gestionar los puestos y el trabajo y el capital deben circular por el interior de las empresas a través de mecanismos similares al mercado –y casi, casi deben ondear banderas rojas en las ventanas de las fábricas. No es posible que el departamento de contabilidad de General Motors sea más eficiente que el ministerio de industria de la Unión Soviética.

Como dice Gary Hamel en El futuro del management:

Los mercados son capaces de resolver problemas de asignación muy complejos. La ciudad de Nueva York –una metrópoli de más de ocho millones de habitantes- cuenta en todo momento con un abastecimiento de alimentos para sólo tres días. En cierto sentido, la ciudad está permanentemente al borde de la hambruna. El alcalde de Nueva York podría nombrar a un responsable general de alimentación encargado de garantizar un suministro adecuado y permanente de provisiones, pero esa idea resulta claramente absurda. Los neoyorquinos no pasan hambre gracias a la eficacia de una amplia variedad de mercados –de verduras, carnes, bebidas y demás- que responden de manera casi instantánea a las demandas de restauradores, vendedores ambulantes y tenderos en general.

[…]

Ahora apliquemos esa lógica al mercado de nuevas ideas en su propia empresa. Piense por un momento en las opciones de que dispone un empleado de primera línea privado de derechos políticos que espera obtener financiación para un experimento a pequeña escala. En la mayoría de las compañías, ese empleado sólo tiene una opción: hacer que la idea vaya subiendo por la cadena de mando hasta el punto donde pueda ser considerada parte del proceso formal de planificación

[…]

¿Cómo pueden estar seguros los ejecutivos de que los recursos adecuados se alinean por detrás de las oportunidades adecuadas si el capital y el talento no son libres de pasar a proyectos más prometedores?

[…]

El único modo de aumentar la eficacia estratégica de una compañía consiste en crear un proceso de asignación de recursos basado en principios de mercado.

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[1]: Curiosamente, también los detractores del libre mercado y de los capitalistas admiraban la planificación central en el interior de la empresa; por ejemplo, Marx, Lenin o Kenneth Galbraith.

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20 Responses to Libre mercado radical y hasta sus últimas consecuencias

  1. raskolhnikov dice:

    Victor lleva unas semanas la web encendida, vas a 1 pots cada dos dias, XD

    Un saludo

  2. La empresas son nichos de planificación, donde se procesa parcial e imperefectamente el conocimiento disperso.

    http://es.wikipedia.org/wiki/Conocimiento_disperso

    Sea con managers, con un asociación de vecinos, con un consejo obrero, una cooperativa, una junta de accionistas, un empresario individual, etc. la idea no deja de ser la misma.

    Com odije antes este es un asunto de gestión -management- no de una teoría del capital (bienes, ganancias, etc).

  3. muy bueno articulo :
    Una muy buena forma de crear mercado dentro de una gran empresa, es desapareserlas todas y que las cosas funcionen como federaciones de produccion, algo parecido a como alemania pudo continuar con la guerra mundial con sus grandes fabricas bombardeadas, con pequeños talleres haciendo piezas especificas y enviadolas a algun otro taller para el ensamblaje y aun que pareca mentira sus tolerancias fueron mejores que con el sistema centralizado anterior.

  4. presurista dice:

    Victor:
    Casi hablar de banderas rojas es casi hablar de que el trabajo, el capital son casi alienadas por la propiedad privada, que en este caso pasaría al ente corporativo como una nueva forma de ser genérico, que es el hombre general de Marx y no el individuo anarquista. Por esto el anarquismo nunca puede ser marxista.
    Ese es el problema que yo veo un poco a la economía mutualista, que camina por un camino muy estrecho que puede confundir términos. SI efectivamente hay que suprimir jerarquías en las empresas, esto se consigue dando mayor grado de autonomía al emprendedor-empleado, que se considere no parte de un grupo de gestión, sino un nodo enlazado horizontalmente en una red.

  5. Eco presurista! Anarquismo es sobre el individuo, no sobre clases, clases siempre habrá pero mientras sean móviles ¿cuál es el problema?.

    Y plantear una división dle capital y el trabajo nos lleva al asunto de las clase de nuevo, sin recordar que si el capital y el trabajo son móviles, es decir que nos están forsozamente fijas pues estar o no estar en ellas es un ejercicio de libertad y algo de suerte (como todo en la vida).

  6. presurista dice:

    Fabricio, las clases son un invento marxista y hablar de ellas y no del individuo es seguirles la corriente a su ideología, que excluye la anarquía y la propiedad

    http://presurista.wordpress.com/2009/03/22/presura-y-clase-social/

  7. Ese es el problema de fabrizio no quiere admitir que el no cree que pueda existir un mundo sin jerarquias, por eso apela a las «clases moviles», por que cree que capital y trabajo son lo mismo o lo seran en su seudo anarquia… sueños de los que quieren vivir sin trabajar solo jugando con el capital, y se escudan en la supuesta movilidad de capital. Pero el capital solo es movil por que se concentra en donde ya lo hay…

    presurista: demuestra que el capital y la propiedad privada no alienan el trabajo, demuestra que el capital y la propiedad privada no tienen privilegios sobre el trabajo, demuestra que la realidad no es tal cual la vemos 😀 de hecho el mutualismo camina por un camino estrecho entre el individuo y la sociedad, entre el privilegio positivo y el privilegio utilitario, pero es facil caminar por el valle de las sombras y salir aireado si vas de la mano de la libertad (bien entendida) y igualdad…

  8. presurista dice:

    Marco
    demostrar no porque cada uno tienen sus argumentos y si son coherentes cualquiera puede ser lícito para cada uno. Eso es libertad.
    Pero sí que estoy trabajando en la manera en que Marx crea sus teoría de la alienación en base al trabajo objetivo como sufrimiento y propiedad privada del capital, en un giro naturalista del pensamiento abstracto de Hegel. Una interpretación que incide en una semántica en la que incluso los mutualistas caen y por tanto se alienan ellos mismos.

  9. No creo que la semantica tenga que ver con los hechos reales, mas que en la maneda de presentarlos y por mas que digas que esto es malo y esto otro es bueno, no cambia eso la realidad.
    Y la realidad es que la propiedad privada (de la tierra) y el capital (financiero) tienen privilegios sobre el trabajo, tan basico como esto.

  10. presurista dice:

    Sí pero solo eso ya es apartarse de las banderas rojas.

  11. ya pero critico tu comentario, nunca dije que me gustaran las banderas rojas, yo solo quiero banderas negras, de color completo y con una AM entrecruzada 😉

  12. Victor L. dice:

    Presurista, lo de las banderas rojas era un juego irónico, no sé si te diste cuenta. Precisamente trataba de burlarme de la retórica marxista que pone en los obreros el centro de su ideología para después someterlo a una burocracia criminal; mientras el mutualismo, con unas ideas -propiedad privada y libre mercado- que a priori suenan «burguesas», realiza ese ideal verdaderamente.

    Nosotros no creemos en las clases en el sentido marxista.

    PD: Fabricio sabe todo esto, pero le gusta soltarnos su discurso de vez en cuando. (Concuerdo totalmente con lo dicho por Marco Arrieta).

  13. presurista dice:

    Pues la verdad no lo había pillado ¡Es que cuando oigo o leo banderas rojas…..! 😉

  14. Eso es lo que dicen, pero cuando sueltan sus artículos parecieran hacerlo. Marco particularmente creo que mantiene una visión marxista del trabajo y el valor.

  15. raskolhnikov dice:

    Fabricio y las brigadas caza-marxistas, XD, por cierto te tengo que pasar un video donde me metamorfoseo en Lenin.

    Saludos

  16. Victor L. dice:

    Está claro que a Fabricio le gustaría que no habláramos de la autogestión obrera ni denunciásemos las subvenciones a las corporaciones como si fuesen las «malas». Estaría más tranquilo si simplemente nos dedicáramos a reclamar la privatización de la sanidad y las pensiones con esa patética retórica pseudolibertaria de muchos anarcocapitalistas, mientras pasan por alto la legislación draconiana que obliga a mucha gente a utilizar esos servicios estatales.

  17. wg dice:

    Las masas no quieren cooperativas ni empresas autogestionarias. Quieren servicios estatales. Si mañana se acaba el orden estatal, las masas no van a crear esas cooperativas y empresas colectivas. Se quedarán esperando a que empresarios individuales den el servicio.

    Lo siento, pero así es. El anarcomutualismo es sólo un sueño. Si hay anarquía, será capitalista.

  18. raskolhnikov dice:

    El profeta ha hablado…

  19. lo que dice Wg suena a: » anarquia? no chabal esos son sueños de locos, para que exista anarquia todos tendriamos que ser santos» jajaja. La conclucion es que estos dos quieren un nuevo estado corporativo y que la gente en vez de votos tenga acciones, asi «todos» vivirian de acuerdo a su nivel de «empredimiento» 🙁

    y si fabrizio me demuetra que el capital y la propiedad privada de la tierra no tienen derechos que alienan, extorcionan, coactan el trabajo y que ademas eso lo dijo marx primero, me declaro marxista aserrimo. Pero como se que no puede hacerlo seguire siendo Mutualista 😉

  20. raskolhnikov dice:

    Por cierto relacionado con lo que dice WG, mi padre me ha dicho hoy, «lo que molesta es trabajar a jornada, el trabajo para uno mismo no molesta», y mi padre no sabe nada de conciencias obreras,socialismo, mutualismo ni nada.

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