Max Nettlau sobre anarcoindividualismo

Ene 3 • Mutualismo • 48884 Views • 29 comentarios en Max Nettlau sobre anarcoindividualismo

Eeste texto  forma parte del libro de Max Nettlau La anarquía a través de los tiempos y, además de ser un buen resumen del movimiento individualista y de su papel en la historia del anarquismo (es curiosa, por ejemplo, la anécdota sobre el anarcoindividualismo en la Iª Internacional), puede venir bien para acabar con la desinformación que promovida desde ciertos sectores hacia este movimiento. La negrita es mía.


El anarquismo individualista en los Estados Unidos, en Inglaterra y en otras partes.
Los antiguos intelectuales libertarios americanos.

La gran lucha por la independencia norteamericana, comprometida por la parte liberal de los coloniales contra la potencia central inglesa había adquirido desde 1775 a 1783 todas las formas de protesta constitucional, de insurrección cambiada pronto en guerra (1775); de la declaración de la independencia (4 de julio de 1776) al tratado final de paz, en 1783, siguieron otros siete años de campañas. Esto ocurría enteramente entre los patriotas americanos y los que habían acudido de Europa en su apoyo, y los ejércitos a sueldo de Inglaterra; la mentalidad más estrictamente gubernamentalista tuvo la primacía y no se tocó ni a las condiciones sociales ni a la esclavitud de los negros, ni fueron escuchados los votos de los que abogaban por un mínimo de gobierno, por la descentralización, por libertades reales. Lo que se estableció como constitución, fue una maravilla comparado con las monarquías europeas y fue un cuadro en el cual ciertas autonomías locales podían desenvolverse y fueron al comienzo toleradas, pero fue al mismo tiempo un aparato gubernamental formidable, casi inalterable, equivalente, por sus garantías sutiles reservadas al poder, al absolutismo abierto de las antiguas monarquías.


Eso fue bien reconocido por algunos, por hombres de Estado incluso, como Thomas Jefferson, y los mejores luchaban contra esa nueva tiranía velada; pero el aparato constitucional está construido tan ingeniosamente que es fácil agregar autoridad e interpretar lo que existe en un sentido más autoritario, pero es imposible reducir esa autoridad seriamente. El pueblo es conducido como en las monarquías; hay amplitud o sus movimiento son circunscritos según la voluntad del amo; en el caso presente, según la voluntad gubernamental controlada por los intereses de la propiedad.
Esta situación produjo pronto el descontento de espíritus audaces, y Voltairine de Cleyre y C. L. James han esbozado esas primeras protestas de hombres que, ciertamente, no fueron anarquistas en el sentido presente, pero que tuvieron horror al estatismo y a la dominación insolente de los monopolistas sobre las riquezas naturales de medio continente. En las ciudades del Este, sobre la costa del Atlántico, hubo no poca efervescencia democrática vertida en un socialismo laborista que, precisamente al ver a los políticos llenarse la boca de libertad, retóricamente, fue autoritario, riguroso, estatista. Se reimprimió el gran libro de Godwin (Filadelfia, 1796), el irlandés John Driscol (Equality, or A History of Lithoconia, 1801-2), y J. A. Etzler (en Pittsburgh, en 1833) compusieron una utopía y un ditirambo sobre la liberación del hombre por la máquina, tratando de ser lo menos posible autoritarios; pero, en suma, de esas ciudades tan rápidamente industrializadas y convertidas así en focos de la política y en centros de las finanzas, no salió jamás una verdadera vida socialista integral, y los trabajadores se organizan paralelamente a los capitalistas. De igual modo los inmensos territorios agrarios, nuevamente roturados, contienen poblaciones absorbidas por el trabajo, poco accesibles todavía a las ideas, dejándose alimentar o condenar al hambre intelectualmente por lo que los curas, la Prensa y los políticos les entregan.
Es entre esos inmensos medios autoritarios y conservadores, donde ha florecido, en el gran territorio, una vida socialista y anarquista muy variada, muy activa, muy abnegada, numerosa relativamente, pero sin embargo casi al margen de la sociedad, de donde se recuerdan de esos hombres algunas veces para simular que les admiran, muy a menudo para perseguirles, pero que, con frecuencia también, sobre todo antiguamente, se les dejaba hacer, como se deja a las sectas religiosas o a hombres de vida privada, tranquila en general. Tales me parecen las proporciones de los hombres y de su ambiente por alrededor de un siglo después de 1776. Porque había entonces sobre todo espacio, latitud, condiciones para fundar una vida nueva, tierra todavía relativamente libre, en el territorio de los Estados Unidos, lo que Europa no ha conocido desde hace 1,500 años, desde la caída de los romanos. Y eso tuvo una influencia psicológica vigorizante sobre muchos hombres, y en aquellos que tenían un fondo altruista produjo el anarquismo individualista americano; en otros, con un fondo religioso, se produjo un espiritualismo libertario: dos fenómenos que las condiciones de vida creadas desde hacía cincuenta años, al reforzar el autoritarismo, el mecanismo, la brutalización, han reducido mucho, pero que son bellas páginas de la historia de la anarquía.
Había desde el siglo XVIII un pequeño mundo que vivía aparte en comunidades cooperativas de emigrados reunidos por un sectarismo religioso especializado, de tendencia social, como mucho antes en los primeros conventos. Después se introdujo la experimentación socialista, por Robert Owen mismo (New Harmony) , por otros después que fueron influenciados por las ideas de Fourier y otros. Inevitablemente, las empresas en que los espíritus no estaban nivelados o quebrantados por la disciplina o la devoción religiosa, tuvieron una existencia azarosa, y New Harmony, una colonia de 800 personas, en el curso de varios años mostró mucha desarmonía, lo que indujo a uno de los colonos, Josiah Warren (1798-1879) , un americano de carácter resuelto y tenaz, a deducir la imposibilidad de la convivencia social desinteresada a causa de la diversidad natural de los hombres, y concluyó en la individualización completa de la vida social, es decir, en las relaciones de cambio igual, de reciprocidad estricta entre los hombres, y consideró el tiempo que requiere un producto o un servicio como medida de su valor de cambio, según la conciencia de cada uno.
Warren concluyó igualmente en el repudio de todo lo que una colectividad impusiera a los individuos en servicios públicos; compete a los individuos, si quieren, arreglarse para hacer ejecutar esos servicios por personas empleadas y pagadas por ellos según el tiempo que dediquen a esos trabajos. Aplicó sus ideas concebidas de acuerdo a su experiencia a partir de 1825 en New Harmony, en Cincinnati primero, a partir de mayo de 1827, en su Time Store (tienda donde vendía y compraba él mismo sus mercancías según la medida del tiempo) e hizo propaganda de ese sistema por su acción personal, por los escritos, por el periódico The Peaceful Revolutionist, en 1833, en Cincinnati – el perimer periódico anarquista, según toda apariencia – y entró en correspondencia con los cooperadores en Inglaterra; en una palabra, atrajo el interés y sus libros Equitable Commerce (1846) y Practica! Details in Equitable Commerce (1852) .(Detalles prácticos en el comercio equitativo), fueron muy difundidos. Sobre todo en 1851-52, en New York, Stephen Pearl Andrews (1812 – 1886) dio a esas ideas una forma ruidosa por conferencias y su gran libro The Science of Society (1851; dos partes, VI, 70 y XII, 214 páginas), cuya primera parte es: La verdadera constitución de un gobierno en la soberanía del individuo, y la segunda: Los gastos como límite del precio: una medida científica para la honestidad en el comercio como principio fundamental para la solución de la cuestión social. Andrews tomó parte en esa discusión, con motivo de una Free Love League, con Henry James y Horace Greeley, en The New York Tribune hacia 1852, publicada como Love, Marriage and Divorce (Amor, matrimonio y divorcio). Muchos adeptos de esas ideas vivían desde 1851 hasta una decena de años más tarde en Trialville (ciudad de ensayo) , más conocida como Modern Times, en Long Island, a no muy larga distancia de New York, cada cual a su modo, haciendo localmente el cambio entre ellos, empleando notas de trabajo. Fue sobre todo una comunidad de vida independiente, sin autoridad oficial, que atrajo buenos elementos y demostró que la libertad une y la coacción desune a los hombres. La guerra civil en los Estados Unidos (1862-65) con sus consecuencias económicas dispersó esa comunidad.
Estas ideas fueron especializadas por otros hombres y mujeres de pensamiento lógico y de gran tenacidad; tales fueron W. B Greene, Lysander Spooner, Ezra M. Heywood, Charles T. Fawler, Benjamin R. Tucker, Moses Barman, E. C. Walker, Sidney N. Marse, Marie Louise David, Louis Waisbrooker, Lillian Harman y muchos otros. Hubo periódicos notables como The Social Revolutionist, The World, The Radical Review, Liberty (de B. R. Tucker; Boston, luego New York, 1881-1907); Lucifer, Fair Play y muchos más.
Estos anarquistas individualistas combatían todos el estatismo, la intervención de colectividades y de sus mandatarios en la vida de los individuos, los poderes económicos dados al monopolio (emisión de notas, los Bancos), la sumisión por el matrimonio y la familia y fueron también hostiles a lo que debía hacerse en nombre de un socialismo de Estado y de un socialismo anarquista. Muchos de ellos se especializaban sobre todo en el dominio de las finanzas, otros en el de la libertad personal y en la vida sexual liberada de todas sus trabas. El único movimiento social que inspiró simpatías a algunos de ellos, fue el del impuesto único creado por Henry George (Progress Poverty) y al respecto hubo y hay todavía cierto matiz de ellos que llega a una fusión de ideas. Son los anarchist single taxers, (los anarquistas del impuesto único), de los que The Twentieth Century, redactado por Hugh O. Pentecost, fue la cuna, hace alrededor de cuarenta años. Los hombres de ese matiz, aparte de ciertas defecciones, han entrado a menudo desde entonces en relaciones de buena vecindad con los comunistas libertarios y con todas las buenas causas de los movimientos de los obreros americanos. Pero por otro lado B. R. Tucker fue feroz en su anticomunismo (contra Kropotkin, Most, etc.) , en 1883, y ha hecho accesibles así una parte de las ideas bakuninianas en Estados Unidos y en Inglaterra.
Ese movimiento de 1827, un siglo después, se encuentra frente a una América enormemente cambiada, y si queda él mismo sin cambiar, es de un siglo atrás, y si cambia es difícil decir lo que quedaría de él o si no se engaña en la dirección de ese cambio a operar. En los ambientes sencillos de territorios recientemente poblados, las condiciones sociales de los hombres se parecen, y si el cambio honesto es proclamado frente a la codicia y al fraude de algunos, ese principio moralizador puede triunfar, pero no ha triunfado siquiera entonces y el monopolio se ha vuelto cada vez más fuerte, hasta acaparar el Estado completamente después de la gran guerra civil, durante y después de la cual el capital puso mano sobre la tierra y sus riquezas y fundó en sesenta años el Imperio de la plutocracia más poderoso que se conoce. Warren murió en 1879 conservando sus ilusiones, que Tucker (nacido en 1854) defendió entonces contra toda evidencia, propiciando esa reciprocidad entre gentes honestas frente al monopolio que, al regimentar a todo el pueblo en su servicio, destruye la independencia personal, la primera base de la reciprocidad. Otra base de ésta es el sentimiento social, el deseo, el placer de obrar socialmente por tanto honestamente, con desinterés. Al presuponer ese sentimiento esos antisocialistas son en realidad muy sociables y muchos malentendidos no se habrían tenido si hubiesen dicho claramente que su acción procede de su voluntad de no pasar por el socialismo autotitario. Ir más lejos, preconizar un sistema único, como lo hicieron con encarnizamiento desde Warren a Tucker, es sectarismo que corresponde mal a la amplitud de miras de algunos de ellos.
En la práctica, la rama principal de ese movimiento, antes extendido, se ha restringido al cambio directo (mutualismo) o se pierde en la reforma monetaria. Las ramas de libertad personal y de libertad sexual, tan exuberantes en tiempos de Heywood y de Harman, han tenido una cierta satisfacción por la creciente libertad de las costumbres y sobre todo por el derecho de ciudadanía que supo conquistar el neo-malthusianismo bajo el nombre de birth control. Los antiguos militantes han muerto, a veces hasta en suicidio frente a persecuciones sistemáticas, y la juventud se contenta con las mayores facilidades que halla ahora y no promueve ya esas cuestiones de libertad y de dignidad como hicieron los antiguos. Cuando el anarquismo individualista debía afirmarse más en nuestro tiempo de estatismo desenfrenado, no está ya en acción o sólo se presenta en forma pequeña y anodina.
Estas ideas fueron muy pronto conocidas en Inglaterra por la correspondencia de Josiah Warren, que trató de hacer una brecha en el movimiento. No logró más que muy poco; se puede nombrar ante todo a Ambrose Caston Cuddon, el alma de un pequeño grupo en los años antes y después de 1850 a 1870 y hasta su muerte en edad avanzada. El libro de Stephen Pearl Andrews y la colonia Modern Times daban un nuevo interés a esas ideas, y ese grupo tomó por nombre la London Confederation of Rational Reformes (agosto de 1853) , publicando sus principios y un folleto explicativo, que debe ser de Cuddon (octubre) .Estos hombres venían de los matices socialistas de Robert Owen y de Bronterre O’Obrien, y William Pare, que se interesó también por esas ideas ( 1855), había estado ligado con William Thompson. Se puede nombrar todavía al Coronel Henry Clinton. Allí se encuentra ese individualismo penetrado de espíritu socialista, y por lo poco que se sabe de lo sucesivo, se puede suponer que en ese ambiente inglés las ideas de Warren – si se exceptúa a Cuddon -, tal vez fueron reabsorbidas por un socialismo de acción popular directa que desconfía del Estado.
Es un hecho extraño, por cierto, que hasta 1885 aproximadamente ese anarquismo individualista americano pasó desapercibido en el mundo socialista europeo, aparte de esas repercusiones en Inglaterra, que a su vez no han debido ser conocidas en el continente. Hago excepción de Stephan Pearl Andrews y de Modern Times. Sus ideas y la fundación de la colonia fueron discutidas en particular en el semanario The Leader (Londres), en 1851, entonces un órgano democrático muy difundido, por Henry Edger, que vivió en Modern Times, un positivista que desde allí mantenía correspondencia también con Augusto Comte. Si The Sovereignity of the Individual es tan afirmada por Andrews (1851) ¿es por puro azar que Pí y Margall escribe en La Reacción y la Revolución (Madrid, 1854): Nuestro principio es la soberanía absoluta del individuo; nuestro objeto final, la destrucción absoluta del poder, y su sustitución por el contrato; nuestro medio, la descentralización y la movilización continua de los poderes existentes …? No hay duda que Pí y Margall ha debido conocer los dos famosos libros libertarios de 1851, la Idea general de la Revolución en el siglo XIX, de Proudhon, y las Social Statics, de Herbert Spencer. ¿Por qué no habría tenido conocimiento del libro de Andrews discutido en el Leader, órgano que tenía tantas noticias sobre el movimiento avanzado en España? Incluso en 1854 apareció en Cádiz una traducción española de un gran libro relativamente poco importante del mismo Andrews (The Basic Outline 01 Universology). De Modern Times se tiene conocimiento generalmente por un artículo de Moncure D. Conway en una gran revista inglesa (Fortnightly Review, julio de 1865) de que se habla incluso de Rusia en el Sovremennik, la antigua revista de Chernishevsky. Elías Reclus ha debido ver a algunos de esos anarquistas americanos en ocasión de su viaje a los Estados Unidos y ha colaborado en The Radical Review, en 1877, redactada por Tucker. Tucker mismo ha hecho en 1874 un viaje a Londres, donde vio todavía a Cuddon, de 83 años de edad, y viajó por Francia e Italia. Se puso a traducir grandes volúmenes de Proudhon, entonces las primeras ediciones americanas. Se sabe también que Elías Reclus, en 1878, conoció a Tucker y The Radical Review, como Tucker, en 1889, en París, por medio de Elías, conoció a Eliseo Reclus. Pero los hermanos Reclus se han sentido tan distantes, en su comunismo generoso, de la meticulosidad del cambio igual de esos americanos, que no han creído necesario o importante hablar de esas concepciones en su ambiente europeo.
Hubo probablemente algunos de esos individualistas en la famosa sección 12 de la Internacional, compuesta enteramente de americanos de matices diversos, en New York, que causó tanta tristeza a Marx, porque no se puso bajo la tutela de uno de sus hombres de confianza. No le quedó más recurso que tratar de hacerla expulsar. Uno de sus miembros asistió al Congreso de La Haya (1872), sin ser reconocido delegado; se hizo a la sección el reproche de contener también espiritistas y partidarios del amor libre, y con eso se contentó la mayoría marxista del Congreso para rechazar a ese delegado.
Por los acontecimientos de huelga violenta en Pittsburgh, en 1877, algunos jóvenes individualistas de Boston fueron removidos, como Morse, que escribió entonces un folleto vehemente (Los reyes de los ferrocarriles desean negar a un Imperio) y de ese medio de jóvenes surgió la revista The Anarchist (Boston) en enero de 1881, cuyo primer número fue muy difundido, mientras que el segundo, en preparación, fue impedido por la policía. Allí, según la opinión y el deseo de un joven de espíritu aventurero, esas ideas americanas habrían tenido puesto junto a las socialistas revolucionarias entonces de Most y del anarquismo comunista francés. Ese esfuerzo fue quebrantado, pero también en Liberty, que Tucker fundó en agosto de 1881, a pesar de la rigidez teórica, había al comienzo un soplo de solidaridad con los revolucionarios internacionales, los nihilistas rusos, etcétera.
Es verdaderamente todo lo que me recuerdo haber apercibido del contacto entre esos anarquistas americanos y los de Europa durante más de cincuenta años, hasta 1881. Ni Proudhon, ni Bakunin, ni Elíseo Reclus, ni Déjacque, ni Coeurderoy han hablado de ellos, aunque tres de esos cinco han vivido o pasaron algún tiempo en los Estados Unidos, y Cuddon, en Londres, había sido el 10 de enero de 1862, presidente de una delegación obrera inglesa que saludó a Bakunin de regreso de Siberia.
El 6 de agosto de 1881 apareció Liberty, redactada por Tucker, un órgano muy combativo, que se puso a negar el derecho a llamarse anarquista a los colectivistas y comunistas libertarios, a Kropotkin mismo, y se replicó no considerando anarquistas a esos individualistas, por el hecho de reconocer eventualmente la propiedad privada, etc. En mi opinión, se conocían mutuamente muy poco, no se sabía nada en Europa del pasado anarquista americano de cincuenta años entonces, y muy poco en América también del mismo pasado europeo desde hacía cincuenta años. Había bastante espacio para las dos corrientes que hasta entonces se habían estorbado tan poco una a la otra, que ni siquiera se habían apercibido la una de la existencia de la otra.
Liberty circulaba un poco en Londres, y un tipógrafo inglés, Henry Seymour, fundó allí, en marzo de 1885, The Anarchist; en Melbourne (Australia), apareció Honesty, en abril de 1887. En Inglaterra el pequeño movimiento se perdió algunos años después en esas especializaciones financieras sobre la emisión libre de papel – moneda y sobre panaceas semejantes, que en ese país han absorbido el esfuerzo de gran número de socialistas que, entonces, no volvieron a encontrar el camino hacia las ideas. También en Alemania, más tarde, antes ya de la guerra, fueron iniciadas tales especializaciones infructuosas (los nuevos fisiócratas, Silvio Gessel, Freigeld). Son cosas que no se pueden hacer sin tener el poder, y si se tuviese ese poder, no habría necesidad de hacerlas y se haría algo muy distinto.
Enteramente independiente de esas corrientes de buena fe, el burguesismo antisocialista, que es también antiestatista, en tanto que es enemigo de toda intervención social del Estado para proteger a las víctimas de Ia explotación (horas de trabajo, higiene, etc.), esa avidez de la explotación ilimitada había creado en Inglaterra una agitación por un pseudo – individualismo, el burguesismo ilimitado, con una pseudo – literatura mercenaria. Hablo de la Liberty and Property Defense League de los años 1880-90, etcétera. A ella se refieren, por grados doctrinarios y fanáticos de un individualismo siempre absolutamente estéril, de ese no-intervencionismo que dejaría morir de hambre a un hombre por no herir su dignidad al mezclarse en sus asuntos y al darle de comer. De ahí, por otros grados, se llega al voluntarismo absoluto, la doctrina de Auberon Herbert hacia 1880, idea benévola y vigorosamente antiestatista; pero todo eso, en fin, es diletantismo, medios ineficaces que no han impedido acrecentarse terriblemente el mal autoritario en estos cuarenta años que siguieron.
El anarquismo, como fue elaborado estrechamente por Tucker (cuyo libro lnstead of a book, New York, 1893, 512 páginas, reproduce las partes más significativas de sus artículos y notas en Liberty), se vuelve a encontrar en el periódico alemán Libertas (Boston, 1888; 8 números) y fue aceptado durante mucho tiempo después por el joven poeta alemán John Henry Mackay, fascinado desde 1888-89 por las ideas de Max Stirner, de Proudhon y las de B. R. Tucker; sus libros Die Anarchisten (1891), Der Freiheitssucher (1920) y un tercer tomo lo muestran inspirándose en esas tres concepciones. Su esfuerzo fue secundado por una propaganda en algunos periódicos y folletos en Alemania. Mackay murió en 1933.
Fuera de esto, el individualismo anarquista americano fue presentado en Francia y en Bélgica en algunos periódicos y por autores que, sin embargo, no lo han aceptado o conservado ellos mismos integralmente. Hubo también pequeñas repercusiones escandinavas. Es llamado mutualismo por la propaganda americana presente y ha encontrado también algunos aficionados italianos. En suma, me parece que nos debe una explicación clara con la situación mundial presente, que es mucho más complicada que cuando Josiah Warren, en 1827, fundó su primer Times Store. Si hay que superar las primitividades del comunismo, hay que superar también las del individualismo.
No tengo que hablar aquí de lo que se llama individualismo en los movimientos socialistas libertarios francés, italiano y otros, pues no tienen relación alguna con la corriente americana.
Lo que he llamado espiritualismo libertario americano, es el pensamiento y el sentimiento de un pequeño número de intelectuales concienzudos que en los Estados Unidos, sobre todo en los años 1830-1860, más desde 1840 a 1850, se dedicaban a vivir y a obrar como hombres libres. Sobre una base religiosa deísta vivía en ellos el espíritu humanitario del siglo XVIII, el espíritu social que tomaban de los escritos de Fourier y de Owen, un espíritu crítico que les hizo ver el mal hecho por la autoridad a través de la historia y tenían una causa viviente ante ellos, la de la esclavitud vergonzosa de los negros, institución legal, que todos estaban forzados a ver erigida ante sus ojos. Yo sé que los esclavistas respondían cínicamente demostrando los horrores de la esclavitud de los blancos en las fábricas, pero no disminuye nunca un mal el hecho de presentar otro; entonces hay que combatir los dos, y los abolicionistas se decían muy lógicamente que una sociedad brutalizada por la esclavitud de los negros no poseía la fuerza moral para poner remedio a la esclavitud de los blancos. Para la burguesía, los hombres peligrosos eran entonces los que querían destruir inmediatamente la esclavitud, y mucho menos los que hablaban de un socialismo del porvenir lejano, o los que, entre ellos, en pequeñas comunidades, practicaban hábitos sociales. Los hombres en cuestión fueron de los unos y de los otros, abolicionistas del tipo de William Lloyd Garrison, y socialistas de Brook Farm. Había hombres y mujeres como Emerson, W ..E. Channing, Margaret Fuller, Frances Wright, Nathaniel Hawthorne y otros. Se puede decir que lo que hay en América del Norte de civilización, se liga de cerca o de lejos a ese ambiente cultivado de la antigua Massachussetts, tan diferente del Estado presente de ese nombre que ha dejado matar durante siete años a los dos anarquistas italianos que sabemos.
La más bella figura de ese ambiente es, desde el punto de vista libertario, Henry David Thoreau (1817 – 1860) , el autor de Walden: my Lile in the Woods (1854) y del famoso ensayo On the duty ol civil disobedience (1849) (Del deber de la desobediencia civil). Walt Whitman es un tipo muy diferente, según mi impresión. Tiene las expansiones libertarias más bellas, pero su culto entusiasta a la fuerza le acerca, para mí, a los autoritarios.
Hubo algunos otros americanos de verdadero valor conquistados para las buenas causas y para la de la humanidad libre ante todo; Ernest Crosby, fue uno de los mejores.
Nota del autor. Este capítulo resume las páginas .103-132 del libro Worfrühling y remito también a mi artículo Anarchism in England fifty years ago, en Freedom (Londres), noviembre diciembre 1905, que se ocupa sobre todo de Ambrose Caston Cuddon, caído en olvido completo entonces; fue reimpreso por Tucker, en Liberty (1906).

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29 Responses to Max Nettlau sobre anarcoindividualismo

  1. wg dice:

    Este artículo debe a darse a conocer en A las Barricadas. Para que vean que también el anarquismo individualista tiene su tradición, sus héroes y sus luchas. Si hubieran por ahí algunas gotas de sangre… ¿ningún policía les rompió la cara a Tucker, Warren, Thoreau, etc?

    Lean esto, please:

    http://anarcofago.blogspot.com/2009/01/tremendo-pleitazo-entre-anarquistas.html

  2. salvoechea dice:

    Yo, con tu permiso Victor me presto a colgarlo a en A las Barricadas. Pero por favor contestame a una pregunta ¿Por que no resaltaste en negrita este fragmento? Es una definición perfecta de anarco-capìtalismo:
    «Enteramente independiente de esas corrientes de buena fe, el burguesismo antisocialista, que es también antiestatista, en tanto que es enemigo de toda intervención social del Estado para proteger a las víctimas de Ia explotación (horas de trabajo, higiene, etc.), esa avidez de la explotación ilimitada había creado en Inglaterra una agitación por un pseudo – individualismo, el burguesismo ilimitado, con una pseudo – literatura mercenaria. Hablo de la Liberty and Property Defense League de los años 1880-90, etcétera. A ella se refieren, por grados doctrinarios y fanáticos de un individualismo siempre absolutamente estéril, de ese no-intervencionismo que dejaría morir de hambre a un hombre por no herir su dignidad al mezclarse en sus asuntos y al darle de comer. «

  3. A.Chena dice:

    Un buen resumen de la tradición anarcoindividualista.
    También en España hemos tenido nuestra tradición individualista, si bien bastante escualida, os recomiendo que leais El Anarquismo individualista en España (1923-1938) de Xavier Díez, es un estudio muy riguroso que descubre una parte muy poco conocida del movimiento libertario y que nos recuerda que incluso en una época en que el anarcosindicalismo copaba el movimiento libertario, los individualistas siempre estuvieron ahí.
    También podemos ver cuales fueron los errores y aciertos que cometieron y aprender de ellos.
    Salvoechea, esa definición ma parece más aplicable a lo que R.Long y otros llaman vulgar libertariansm o puro y simple conservadurismo. El anarcocapitalismo no es eso.
    Feliz 2009!

  4. Victor L. dice:

    @ Salvoechea:

    A. Chena me ha quitado la respuesta de la boca; pienso que esa definición se ciñe muy bien a lo que Carson (Long lo cogió de él) llama «liberalismo vulgar», es decir, los que quieren el status quo corporativo menos los servicios sociales. Algunos anarcocapitalistas sí entrarían en esa definición -me vienen a la cabeza varios «right-libertarian» americanos-, pero el anarcocapitalismo per se, no.

    Y por supuesto que puedes colgarlo en alasbarricadas!

    Por cierto, hacía tiempo que no te veía por aquí. 😉

  5. he recibido una impresion muy buena al leer este articulo, ya baje el libro de la red y lo pondre en nuestra seccion de libros http://www.mutualismo.org/libros/ , aun que creo que estan mal entendidas las ideas de gesell y los fisiocratas, o mas bien, subestimadas por el autor. 😀

  6. hacia la nada creadora dice:

    y bien pues que esto este en a las barricadas. tucker, lysander spooner, warren son anti-capitalistas y pues bien nadie deberia negarles su pertenencia al anarquismo. y que decir del gran thoreau de quien se deriva todo el anarcopacifismo y el anarcoecologismo o peor del gran proudhon. y bien que se ha mencionado el magnifico libro de xavier diez sobre el anarcoindividualismo en españa. el mas importante anarcoindividualista europeo de comienzos de siglo XX, el frances Emile Armand conocio a Tucker personalmente y fue influenciado por el. Y asi tambien era anticapitalista tal como lo fue tucker. osea su anarquismo es inegable.

    pero de alli a malas bromas como ese «anarco-capitalismo» de un economista neoliberal (escuela austriaca) estadounidense de apellido Rothbard o el «nacional anarquismo» de un fascista britanico llamado troy Southgate pues al final mejor les va quedandose en donde mas encuentran sus afinidades politicas, osea en el primer caso en la derecha liberal junto a los otros defensores de la subordinacion a los patrones y a la burguesia en general y en el otro caso en el fascismo con otros creyentes en razas superiores e inferiores.

    ahi pues en todo caso estas dos tendencias que abusan del sincretismo politico que sigan tratando de convencernos de que el feudalismo por ser no estatal es alguna cosa anarquista. su cruzada de querer lograr mencion en enciclopedias online y fisicas en los articulos sobre anarquismo, es por lo mas absurda aunque logran cierta simpatia surrealista mia en su obstinacion en alcanzar su capricho.

    y pues por mi parte a quienes quieran seguir explorando mas sobre el anarco-individualismo aparte de los nombrados en este articulo pues bien pueden ir a leer a individualistas anarquistas europeos como max stirner, renzo novatore, albert libertad, emile armand, miguel gimenez igualada, oscar wilde, bruno fillipi, y mas.

  7. Libertad Primero dice:

    Esto te ca como anillo al dedo creador de nada, cuando hablas del «anti-capitalismo» de Tucker y otros hablamo de una lenguaje decimonónico en desuso, no es compatible con lo que hoy en día se conoce como socialismo.

    http://anarcofago.blogspot.com/2009/01/contra-el-apartheid-anarquista-roderick.html

    Es obvio que ambas listas tienen algo en común: todos los nombres pertenecen a pensadores que apoyan radicalmente los mercados libres y la abolición del estado; por tanto, podemos inferir que todos son anarquistas de mercado.

    Sin embargo, en los círculos anarco-izquierdistas se insiste en que los pensadores del Grupo 1 son anarquistas genuinos, y que los del Grupo 2 no son anarquistas en absoluto –dado que los verdaderos anarquistas deben oponerse no sólo al estado, sino también al capitalismo. Se dice que los del Grupo 1 son claramente anti-capitalistas y, por consecuencia, anarquistas auténticos; pero los del Grupo 2 quedan excluidos porque defienden al capitalismo. (No estoy seguro dónde meter a geoliberales como Albert J. Nock y Frank Chodorov, o a pensadores emigrantes como Karl Hess; de modo que prefiero no mencionarlos)

    No hace falta decir que no soy fan de esta supuesta dicotomía entre «verdaderos» y «falsos» anarquistas de mercado. Pienso criticar con más detalle esto en el futuro; por lo pronto me limitaré a dos cuestiones generales.

    Primero: Quienes se empeñan en sostener dicha dicotomía difícilmente son anarquistas de mercado ellos mismos. Por lo general son los anarcocomunistas o los anarcocolectivistas quienes consideran que los pensadores de ambos Grupos hacen concesiones inaceptables al individualismo económico. (De hecho suelen descalificar como “stirneritas” incluso a sus favoritos del Grupo 1 –con la sola excepción de Proudhon-, y eso aun cuando la mayoría de los pensadores del Grupo 1 desarrollaron sus ideas muy aparte de Max Stirner; incluso Tucker, el más claro “stirnerita” del Grupo, fue un anarquista de mercado antes de conocer las ideas de Stirner). Cuando los anarquistas anti-mercado pretenden tener el derecho a decidir quién es y quién no es un genuino anarquista de mercado, se parecen un poco a los cristianos que exigen el derecho a decidir en la disputa entre chiítas y sunnitas. (Yo sospecho que lo que realmente quisieran los anti-mercado es hacer una purga en ambos Grupos; pero como las credenciales anarquistas del Grupo 1 están bien establecidas, no es una solución práctica).

    Entonces, en lugar de investigar las opiniones de los anarquistas anti-mercado, me parece más relevante saber si los pensadores del Grupo 1 consideraban a los del Grupo 2 como compañeros anarquistas, o no. Y, de hecho, algunas luminarias del Grupo 2 –como Molinari, Donisthorpe y el primer Spencer- fueron saludados como anarquistas, o (en el caso de Herbert Spencer) como “cercano al anarquismo” –eso en las páginas de Liberty de Tucker, el principal órgano del anarquismo individualista norteamericano, donde publicaban la mayoría de los escritores del Grupo 1. (Donisthorpe, incluso, escribía para tanto para Liberty como para el periódico de la Liberty and Property Defence League, con lo cual transitaba a través de un golfo ideológico supuestamente intransitable). Así, el líder y vocero del Grupo 1, aunque ciertamente criticaba algunos puntos de los pensadores del Grupo 2, no tenía problema en reconocerlos como compañeros anarquistas. (Compárese también la muy favorable actitud del tuckeriano contemporáneo Kevin Carson hacia los rothbardianos y konkinianos).

    No es que Tucker fuera especialmente generoso con el término “anarquista”. Al contrario, Tucker negó el derecho a ese término a anarcocomunistas como Johann Most, Pëtr Kropotkin y los mártires del Haymarket; desde el punto de vista de Tucker, eran ellos, y no los spencerianos, los anarquistas “falsos”. Por supuesto, yo no sigo a Tucker en este punto concreto; un parroquialismo no es mejor que otro cualquiera. Pero el hecho es que el editor de Liberty –quien siempre denominó a su propia postura como “manchesterianismo consistente”- se sentía menos cercano a los anarcocomunistas de su tiempo que a los precursores del “anarcocapitalismo” (ciertamente, los puntos de vista de Tucker sobre Molinari y los spencerianos radicales son la mejor guía que podemos tener acerca de lo que Tucker pensaría hoy sobre Rothbard, Friedman, etc); y eso habla contra la división simplista de los anarquistas de mercado en ovejas socialistas y cabras capitalistas. (En verdad, los escritores de Liberty citaban a Spencer tanto como a Proudhon; y, para el efecto, Karl Marx se quejaba de que Proudhon respetara más a un liberal clásico cuasi-anarquista como era Charles Dunoyer que a un revolucionario comunista como Étienne Cabet).

    Segundo: hasta el momento no es claro bajo qué criterios hay que separar a los del Grupo 1 de los del Grupo 2. Los partidarios de la dicotomía insisten en que el Grupo 1 es “anti-capitalista”, mientras que el Grupo 2 es “pro-capitalista”; pero esta etiqueta no es útil si no hay detrás hay algo sustantivo, no meramente terminológico. El hecho de que los pensadores del Grupo 1 acostumbraran usar “socialismo” como una palabra virtuosa, y “capitalismo” como una palabra viciosa, mientras que los pensadores del Grupo 2 solían a hacer lo contrario, importa muy poco; porque, claramente, ambos grupos no hablan de lo mismo cuando emplean dichas palabras. La mayoría de los pensadores del Grupo 2 usan la palabra “capitalismo” parta hablar de un libre mercado no regulado, y usan “socialismo” para hablar del control gubernamental; mientras que la mayoría del Grupo 1 usan esas palabras con significados diversos, pero coinciden con los del Grupo 2 en favorecer a los mercados libres y en oponerse al control del gobierno, sin importar qué nombres utilicen para referirse a todo eso. Como lo dijo Thomas Hobbes: “Words are wise men’s counters, they do but reckon by them; but they are the money of fools”.

    Dados los muchos significados de “capitalismo”, es muy difícil sustentar una dicotomía crucial entre pensadores antiestatistas basados solamente en su actitud hacia una abstracción indefinida llamada “capitalismo”. Tenemos que conocer qué posiciones específicas dividen a los del Grupo 1 de los del Grupo 2. Pero es excesivamente difícil descubrir posturas que separen a ambos Grupos de la manera deseada.

    ¿Será, acaso, su postura sobre la teoría laboral del valor? Mientras eso no se traduzca en diferencias prácticas, ¿qué diferencia hace?

    ¿O es su postura sobre el sistema salarial y la explotación del trabajo por el capital? Bajo ese criterio, pensadores del Grupo 2 como Spencer, Konkin y Friedman, que apoyan la abolición del trabajo asalariado, pertenecerían al Grupo 1, mientras que Molinari y Donisthorpe, que proponen reformar el sistema de salarios para dar mayor poder a los trabajadores, quedarían en algún lugar intermedio entre los dos Grupos.

    ¿Es su postura sobre la propiedad de la tierra y la renta? Bajo ese criterio, Spencer, quien rechazaba en su totalidad la propiedad de la tierra, sería más “socialista” que Tucker y pertenecería así al Grupo 1; mientras que Spooner, quien legitimaba al propietario ausente, sería más “capitalista” que Tucker y pertenecería entonces al Grupo 2.

    ¿Es su postura sobre la agencias de protección y policías privadas como cuasi-gubernamentales? Bajo ese criterio, Tucker, Tandy y Proudhon, que apoyaban las policías privadas, serían “pseudoanarquistas” del Grupo 2; mientras que LeFevre, quien rechazaba toda violencia, incluso la defensiva, tendría que ser movido al Grupo 1.

    ¿Es su postura sobre la propiedad intelectual? Bajo ese criterio, un fan de la PI como Spooner tendría que ser transferido al Grupo 2 “pro-propietarista”; mientras que los rothbardianos contemporáneos, como enemigos de la PI, tendrían que ser acomodados en el Grupo 1 “anti-propietarista”.

    ¿Es su postura sobre la legitimidad del interés? Bueno, quizá en abstracto, pero ambos bandos tienden a predecir una caída drástica en el precio de los préstamos como resultado de la competencia libre en la industria del crédito; pero ambos niegan que la caída llegará hasta cero: Los pensadores del Grupo 1 solían llamar “costo” a ese residuo diferente de cero; mientras que los del Grupo 2 acostumbran llamarlo “interés” –y ya basta, hum. Esto parece una caña muy frágil para algo tan pesado.

    Ninguno de los criterios a los que se suele apelar parece sustentar, sobre bases concretas, la división en dos Grupos. Sospecho que lo que de verdad motiva a los partidarios de la dicotomía no es alguna política específica, sino más bien la sensación de que la retórica pro-mercado del Grupo 2 es un disfraz para ocultar la racionalización de las relaciones de poder que prevalecen en el capitalismo corporativo, lo cual no sucede en la retórica pro-mercado del Grupo 1 –por más que también les parezca errónea a los dicotomistas. Y, a su vez, tal percepción se basa, creo yo, en el hecho de que los pensadores del Grupo 2 son más proclives a caer en lo que Kevin Carson llama “libertarismo vulgar”, esto es, el error que consiste en confundir la defensa del libre mercado con la defensa del actual orden prevaleciente –y no tan libre.

    Ahora bien, es verdad que el Grupo 2 está más expuesto que el Grupo 1 a caer en esa infortunada tendencia. Empero:

    a) pocos pensadores del Grupo 2 cometen ese error consistentemente;

    b) algunos del Grupo 2 (vgr, Konkin, o el Rothbard de los 60’s, o incluso Hess, si cuenta como parte de este Grupo) no lo cometen en absoluto;

    c) el error de los libertarios vulgares no es más grave que, digamos, la egregia misoginia o el anti-semitismo de Proudhon –esto es, no es una razón poderosa para botarlos del club anarquista; y

    d) si confundir el libre mercado con el capitalismo corporativo no descalifica a los anarquistas anti-mercado (quienes frecuentemente cometen el mismo error, aunque viajen en dirección opuesta), ¿por qué debería ser suficiente para descalificar a los libertarios vulgares?

    Por tanto, no veo bases sólidas para admitir la dicotomía entre los Grupos 1 y 2. Todos son anarquistas de mercado –con virtudes y fallas diversas, pero todos camaradas.

  8. Libertad Primero dice:

    Se entiende que ellos eran anarcoindividualista, es decir en principio defendían la propiedad privada, aunque algunos con fallas, que pudieron ser superadas por los estudios de los anarcocapitalistas.

    El argumento principal de la validez del anarcocapitalismo no es la historia y sus tradiciones, por supeusto que no, es la verdad o no de sus premisas. Sin embargo vale anotar que hay algunos mentirosos y demagogos que enredan todo por autocomplacencia. Sin embargo, no me creas, analízalo tú mismo con sinceridad.

  9. Alberto dice:

    > Se entiende que ellos eran anarcoindividualista, es decir en principio defendían la propiedad privada, aunque algunos con fallas, que pudieron ser superadas por los estudios de los anarcocapitalistas.

    No estoy de acuerdo. Esto me recuerda, salvando las distancias, al típico argumento de loas marxistas de que su socialismo es «científico» y el de los anteriores (como el anarquista Proudhon por ejemplo) «utópico».

    De todas formas, te digo que personalmente yo al anarcoindividualismo lo veo más una corriente filosófica que económica. Por su propia idiosincracia (si tanto hablamos de individualismo no veo lógico que podamos esperar que exita un «pensamiento oficial» de una escuela así respecto a ciertos temas como la propiedad, trabajo asalariado o la ecomomía) creo que tiende a que cada anarcoindividualista vea las cosas a su manera. Así los habrá proclives a la propiedad lockaena, otros a la prodhoniana, otros al comunismo libertario, otros al comuniso primitivista, etc.

    Hasta me planteo la posibilidad de hablar de «escuela anarcoindividualista» es un poco un sintentido, porque veo a esta docrtina sería la anti-doctrina, por así decir, jeje.

    Un cordial saludo, Libertad Primero,

    Alberto

  10. hacia la nada creadora dice:

    «Se entiende que ellos eran anarcoindividualista, es decir en principio defendían la propiedad privada»

    y pues por alguna razon al anarcoindividualismo se lo identifica en algunos lados como «anarquismo filosofico». y es la razon por la cual en francia e italia los anarcoindividualistas rechazaban e irrespetaban tanto la idea de propiedad privada (ilegalismo y la idea de la reprisse individual, osea justificaban el robo y la expropiacion). el individuo/persona no tiene porque nesesariamente tener algo que ver con la defensa a ultranza de la propiedad privada. si seguimos a Stirner a mi simplemente me puede no dar las ganas de respetar tu propiedad privada, si seguimos a Proudhon pues solo si provino de tu trabajo directo sin que hayas tenido empleados que trabajan para ti, y si seguimos a oscar wilde y a renzo novatore mi individualidad esta en mi espiritu y los objetos fuera de mi cuerpo son cosas fuera de mi, asi que bien puedo adherirme al socialismo y al comunismo respectivamente.

    «Sin embargo, en los círculos anarco-izquierdistas se insiste en que los pensadores del Grupo 1 son anarquistas genuinos, y que los del Grupo 2 no son anarquistas en absoluto –dado que los verdaderos anarquistas deben oponerse no sólo al estado, sino también al capitalismo.»

    y bueno aqui el error es pensar que el anarquismo se reduce a antiestatismo. el anarquismo siempre se ha referido a oposicion a jerarquias y es claro que la relacion patron-trabajador es una jerarquia, y asi es tambien por que los anarquistas siempre han luchado contra una diversidad de jerarquias sociales como las de genero, raza, el imperialismo, la discriminacion a los GLBTs, la policia, los terratenientes, etc. la palabra anarquia tiene que ver con la ausencia de autoridad y es claro que los patrones y los gerentes son autoridad y que el señor Rothbard no ve nada malo en que estos existan. asi que este señor es un liberal lockeano y en tanto enemigo ideologico de la mayoria de anarquistas en toda la historia excepto de uno que otro mutualista fan de Tucker que los frecuenta.

    al final la cosa es clara en el terreno politico real. esa es la razon por la cual el movimiento anarquista y los «anarcocapitalistas» gran parte de las veces estan en franca opocision entre si y casi nunca se encuentran en ningun lado.

    aca Long muy bien resume la cosa

    «en los círculos anarco-izquierdistas se insiste en que los pensadores del Grupo 1 son anarquistas genuinos, y que los del Grupo 2 no son anarquistas en absoluto –dado que los verdaderos anarquistas deben oponerse no sólo al estado, sino también al capitalismo. Se dice que los del Grupo 1 son claramente anti-capitalistas y, por consecuencia, anarquistas auténticos; pero los del Grupo 2 quedan excluidos porque defienden al capitalismo.»

    «anarcoizquierdismo». seguramente el fascista Troy Southgate tambien podria usar ese termino. Long para criticar a los que no piensan que se admita dentro de una corriente ferozmente anticapitalista a procapitalistas y Southgate con que se admita a una corriente ferozmente antifascista a fascistas racistas.

  11. Victor L. dice:

    @ Hacia la nada creadora:

    Estoy de acuerdo en varias cosas que dices, pero creo que deberías tomar en cuenta qué entiende la otra parte por capitalismo (a los ancaps les pasa exactamente lo mismo cuando tratan con nosotros). Si por capitalismo entienden libre mercado, como así sucede, no hay ninguna incompatibilidad entre ambos grupos; otra cosa es que muchos de ellos se dediquen a justificar el capitalismo estatal actual con retórica de libre mercado, como si todas las ganancias fueran producto de intercambios voluntarios y honestos.

  12. hacia la nada creadora dice:

    pues entonces tu argumentarias por hacer algo asi como grupo 1 :»anarcocapitalistas» que si pueden ser vistos como anarquistas y grupo 2: los que no

    dos consideraciones aqui
    1. esa casi equiparacion de capitalismo con libre mercado es algo de lo mas reduccionista y ahistorico (talves fruto del origen estadounidense de Rothbard y su clasico excepcionalismo cultural y social) y pues bien les haria a estos Grupo 1: ir a leer un poco de historiadores economicos tipo fernand braudel del porque se llego a diferenciar entre capitalismo y mercados locales no capitalistas en algun momento de la historia occidental.

    yo he leido el texto de kevin carson «studies of a mutualist economy» y no da lugar a dudas de que se trata de un texto anarquista en la linea mutualista, tal como por ejemplo michael albert es un economista anarquista contemporaneo que en alguna forma revive el anarcocolectivismo de bakunin o wayne price escribe desde una posicion economica anarcocomunista. y bien Carson tiene claro una dimension historica del concepto de capitalismo y asi en su «Studies» se dedica a un analisis historico del crecimiento del capitalismo junto con el estado federal estadounidense

    tomemos en cuenta algunas citas del antes aludido braudel:

    «Los historiadores ingleses han señalado la creciente importancia, a partir del siglo XV -y junto al mercado publico tradicional, el public market- de los que ellos llaman private market, o sea, el mercado privado; yo lo llamaría mas bien, para acentuar la diferencia, el contramercado. ¿Acaso no trata este, en efecto, de desembarazarse de las reglas del mercado tradicional, en exceso paralizadoras a veces? »
    «Así pues, el mundo de la mercancía o del intercambio se encuentra estrictamente jerarquizado, desde los mas humildes oficios-mozos de cuerda, descargadores, buhoneros, carreteros, marineros- hasta los cajeros, tenderos, agentes de nombres diversos, usureros y finalmente , hasta los negociantes.»
    «Así este proceso de parcelación de funciones , esta modernización, se manifestó ante todo y solamente en la base: los oficios, los tenderos, incluso lo buhoneros, se especializan

    y pues esto es el capitalismo

    2. pero por otro lado seria un poco inocente creer que esta no distincion entre mercados y el Mercado capitalista no puede tener algo de trasfondo politico y posibles intenciones ocultas. es bien sabido que la derecha politica (y en EEUU el partido republicano tiene a esto como base de su discurso) quiere aglutinar un frente de «propietarios» sin distincion de clase y asi quiere hacer pensar que la defensa de la propiedad de los accionistas de las corporaciones y gente como Bill Gates, Donald Trump, etc es la misma defensa de la propiedad de la persona asalariada que tiene su casa o su negocio familiar pequeño o su finca familiar o su carro de venta de hot dogs. en si tambien el tema este del los «taxpayers» igualmente se quiere juntar a la persona de un pequeños negocio, propietario de un camion o camioneta o de una tienda de barrio y hasta al obrero u oficinista asalariados con los ricos, millonarios y hasta jugadores de beisbol dado a que todos estos al final «pagan impuestos» y asi los uniria este tema. despues pues estos «libertarios» le presentan a los pagadores de impuestos de clase trabajadora y clase media algunos casos de gente que estaria abusando de la compensacion del desempleo y entonces tenemos aqui el discurso que unifica a los anarcocapitalistas con el partido republicano.

    asi entonces cabe la sospecha que este libertarianismo gringo ya sea en su version «minarquista» o Rothbardiana es lo que en el resto del mundo se llama neoliberalismo o liberalismo clasico y es una forma de anular conflictos de clases para que uno se ponga en el lado de su patron y de la burguesia contra el estado central redistributista y el «welfare state».

    por estas razones y por otras es por lo cual el anarcoindividualismo en europa en gran ha tenido que ver con cosas muy diferentes como la filosofia de Friedrich Nietzsche, el amor libre, la bohemia, el arte, el ateismo, las comunas rurales intencionales, el librepensamiento, el antimilitarismo y el naturismo nudista (leer Xavier Diez
    La insumisión voluntaria. El anarquismo individualista durante la Dictadura y la Segunda República (1923-1938) http://www.acracia.org/1-23a58lainsumision.pdf), o bandas de ladrones aventureros, magnicidas y en el caso del stirneriano colombiano biofilo panclasta un vagabundo aventurero casi mendigo.

  13. Victor L. dice:

    @ Hacia la nada creadora:

    Estoy de acuerdo con tu crítica hacia el término capitalismo como sinónimo de libre mercado, y estoy de acuerdo con Braudel (y con Marx, y con Carson): se trata de un concepto histórico para designar un tipo de sociedad donde el capital domina sobre los demás factores de producción -la tierra y el trabajo. No tiene sentido llamar «capitalismo» a un sistema donde cooperan voluntariamente y en pie de igualdad esos tres factores.

    Yo también tengo la sensación de que los ancaps -en especial Rothbard- viven fuera del espacio y el tiempo al abordar estas cosas. Pero, insisto: partiendo de que los ancaps tienen una mala definición de capitalismo, su «capitalismo» no es incompatible con nuestro «socialismo» y con nuestro libre mercado. Cuando los trabajadores reciban su producto completo y muchos trabajen en cooperativas y pequeños negocios autogestionados, ellos hablarán de «capitalismo» y nosotros de «mutualismo». Pero los hechos serán los mismos. No creo que esté justificada la equiparación entre los ancaps y el partido republicano -a menos que te refieras a Ron Paul.

    Para mí el capitalismo actual es el principal enemigo, pero los anarcocapitalistas son aliados para destruirlo (independientemente de la opinión que tengan sobre él: sus normas de juego tienden a destruirlo).

  14. Libertad Primero dice:

    @Victor
    Dices
    «Si por capitalismo entienden libre mercado, como así sucede, no hay ninguna incompatibilidad entre ambos grupos; otra cosa es que muchos de ellos se dediquen a justificar el capitalismo estatal actual con retórica de libre mercado, como si todas las ganancias fueran producto de intercambios voluntarios y honestos.»

    Pero eso, una vez más, ES UN FANTASMA que tú sólo has creado para justificar la necesidad de la alternativa que tu propones. Pero una vez más esa crítica al capitalismo en su versión mercantilista y y estatalista en favor de algún sector es una de las bases del anarcocapitalismo. Creo que confundes que los ancaps aprecien la superioridad en resultados de sistemas que son más capitalistas que otros, en virtud del mundo real en que se toman ciertos ejemplos.

    Te pongo un ejemplo, Hong Kong o Liechtenstein, los ancaps son favorables al menos a universalizar sociedades como estas. Lo que no significa que las equiparen a anarquía, tampoco que allí todo sea «puro», sino como formas transitorias aceptables y reconociblemente superiores de aplicación del capitalismo comparativamente más libre que el de las grandes naciones de la democracia liberal. De la misma forma en que EEUU es más libre que Irán, pero que un ancap diga eso no significa que «justifiquen el capitalismo actual con retórica de libre mercado».

    Te has creado un fantasma de una idea que nadie defiende, que nadie ha expuesto, que nadie entre los pensadores y activistas ancap comparte, a partir de afirmaciones de otra índole (infiero que pudieron ser comparaciones entre sistemas mejores que otros) y que no creo que que puedas negar: aun en ausencia de anarquía hay sistema mejores que otros, y con mayores niveles de libertad que otras. Pero de ahí a pasar a «justificar teóricamente» que es lo que se supone importa. Una vez más das un Non Sequitur.

    No es de mala fe que te hago esas observaciones Víctor, pero veo este tipo de saltos argumentales contantemente por acá. Por ejemplo saltas de la posibilidad de un sistema de socialismo voluntario edificado sobre los derechos de propiedad privada (tal como lo señalo posible Nozick cuando habló de la propiedad privada como meta-utopía) y que es compartido por la teoría ancap, a defender un concepto confuso sobre la legitimidad de la propiedad sobre el argumento de que los ancaps no lo defienden bien la propiedad.

    Quiero decir, si tu crees que los ancaps no hacen bien su trabajo, entonces no estás dando un argumento doctrinal sino un argumento personal. Luego, se supone que tu deberías procurar ser más ancap que aquellos que criticas puesto que tu argumento dice no ser doctrinal… pero en vez de eso relativizas la soberanía del individuo con el análisis carsoniano sobre la propiedad y la libertad de acuerdos. Es que No se Sigue Una cosa de la Otra.

  15. Alberto dice:

    Bueno creo que pasa una cosa. Una economía menos intervenida que otra más intervenida no tiene porque ser lo mejor y más justo para la mayoría de la gente. Intento explicar esto.

    Según la postura que manifiestas sería siempre mejor el caso del país A porque hay menos intervención del Estado en total, pero por ejemplo Kevin Carson sostiene que algunos intervencionismos son creados por políticos para paliar efectos negativos de intervencionismos anteriores creados por otros políticos. Quitar entonces los intervencionismos paliativos, *sin haber eliminado antes* los intervenicionimos primigenios, no arreglaría las cosas, simplemente se dejaría probablemente a la gran mayoría de la población (trabajadores, emprenderos y muchos empresarios) a expensas de los bancos, rentistas de patentes, etc. que lo tendrían todo de su parte, beneficios monopolistas gracias a los intervencionismos primigenios sin ninguna cortapisa.

    Por eso Kevin Carson hace tanto énfasis en este tema y dice que hay que entener bien como afecta el estatismo a la economía, en todos los niveles. Cuidado, lo que Kevin Carson viene a decir es que no es sólo una cuestión de términos cuantitativos, sino también de términos cualitatativos, pero la mayoría de anarcocapitalistas tienen un enfoque rígido que sólo parece tener en cuenta los términos cuantitativos.

    Entonces no podemos ir diciendo «ese país tiene un monto total de intervención menor, así que tiene una economía más libre que otros países» porque podría darse la situacion de que aunque cuantitativamente la intervención fuese menor, que cualitativamente los efectos intervencionistas fueran mayores y tuvieran un impacto más dramático en la ecomomía, volviéndola más monopólica que otras economías más intervenidas al final. Entonces depende, habría que analizar caso por caso y estudiar muy bien cada economía, la intervención que existe, que provoca esa intervención, etc.

    Alberto

  16. Libertad Primero dice:

    Una vez más, doy un ejemplo de lo aceptable según las percepciones personales y las coyunturas y los pareceres razonables, y ya hacen de eso doctrina total e igual su crítica. Si las apreciaciones o interpretaciones de «algunos ancaps» no te parecen, eso no invalida en nada la teoría en sí.

    Y de todas maneras es una falacia: los ancaps identifican los intervencionismo cualitativos, fuerza pública e impuestos. Luego, el know how, ya es materia de acción y estrategia, no invalida una teoría jurídica y filosófica.

  17. Alberto dice:

    Bueno a veces a los procapitalistas les da por escribir alguna cosa interesante, que podría firmar un mutualista, como aquÍ:

    http://www.elcato.org/node/5417

    Y es que es cierto, el mundo intelectual, copadillo de marxistas se suele decir que está…

    Pero no se dan cuenta de alguna cosa. La gente desconfía, no porque los intelectuales sean tirando a marxistas y hablen mal del capitalismo. La gente desconfía porque está cansada de ver a economistas hacer apología de cosas que no son precisamente ejemplos de «libre mercado».

    Traduje precisamente hace poco un atículo de Kevin Carson que habla sobre el tema, a ver si lo postea Víctor.

  18. Telmo dice:

    Alberto, si me lo mandas al correo electrónico de «Contacta con nosotros» te lo publico enseguida.

  19. Victor L. dice:

    La burocracia del imperio está trabajando en ello, dadme estos días para ponerme al día!

  20. hacia la nada creadora dice:

    «Pero una vez más esa crítica al capitalismo en su versión mercantilista y y estatalista en favor de algún sector es una de las bases del anarcocapitalismo.»

    pero de aqui uno podria afirmar que admites que lo actual es capitalismo tambien aunque lo llames «mercantilista». lo que pasa es que tambien al parecer Rothbard no tiene problemas con cosas como las herencias (a diferencia del mutualismo) entonces pues claramente aqui lo que falta es precisamente una vision que analice como se acumula la riqueza.

    en el pasaje del feudalismo hacia el capitalismo la gente que acumulaba riqueza comenzo a codearse con los nobles y los reyes y poco a poco esta confluencia comenzo a edificar al estado. de alli por ejemplo en las ciudades estado del mediterraneo se comenzo a mandar espediciones de conquista y control de mercados y poco a poco tomaron fuerza las monarquias y unas dominaron a otras y se edificaron los estados nacion actuales pero en si los capitalistas estuvieron entre los que impulsaron esto. Asi por ejemplo Italia en el siglo XVIII no existia (la peninsula estaba dividida en una multiplicidad de principados y ciudades estado) y en el siglo XIX ya aparecio.

    es claro que los capitalistas en tanto acumulan riqueza, acumulan poder, pueden comprar mas seguridad privada y comienzan a poder ejercer dominio territorial y a poder aliarze con otros tipos de poder existentes ya sean culturales, religiosos, politicos o militares. de esto emerge el estado como la confluencia entre riqueza, politica y lo militar/policial.

    en tanto aqui hay una gran diferencia entre el mutualismo y la escuela austriaca. la segunda reconoce el derecho a la herencia sin mayores restricciones, no adhiere a una teoria de valor trabajo como derecho a la posesion para justificar la propiedad privada, tambien no tiene problemas con la relacion jerarquica salarial y justifica la privatizacion de la seguridad para de alli no ver como pueda llegar a oponerse a la formacion de milicias privadas tal como existieron en el feudalismo y como las emplean hoy las mafias del narcotrafico y de otro tipo (los carteles en si son asociaciones de empresarios).

    esta es la razon por la cual el «anarco-capitalismo» no es una forma de anarquismo y esto vas mas alla de una pobre definicion y uso del termino «capitalismo».

  21. HoracioG dice:

    Hola gente como andan?.

    @hacia la nada creadora:

    Una vez más esta hablando de mercantilismo, el anarcocapitalismo se critica desde otro lado. Aquí los mutualistas lo critican por la falta de interés en la realidad cotidiana y mucho énfasis en la teoría. Los ancap, en su teoría, no le dan mucha importancia a ciertas relaciones jerárquicas.

    El mutualismo que aquí se presenta no tiene conflictos con la herencia, no tiene conflictos con la seguridad privada, ni con la acumulación de riqueza (producto del trabajo), tampoco tiene conflictos con el trabajo asalariado (solo propone una alternativa más deseable). En realidad el mutualismo no es contrario al anarcocapitalismo, es solo un competidor moral.

    Saludos.

  22. hacia la nada creadora dice:

    pues entonces eso no es mutualismo tal como lo presento proudhon. asi que este sitio web talves deberia cambiarse el nombre. para proudhon el emplear a otra persona y la relacion salarial significa explotacion y como mas claramente lo llamo el «parasitismo».

  23. Que Proudhon dijera eso en el contexto de su época, cuando los pequeños propietarios se estaban viendo amenazados por la revolución industrial que hacía que las empresas capitalistas sustentadas en los monopolios provocaban que estos pequeños propietarios perdieran su independencia y se proletarizasen, es normal. Así habla de parasitismo, de la propiedad como robo y a la vez como fuente de libertad (si está basada en el trabajo).

    No lo tomes como un reproche hacia ti, pero creo que eso que comentas es lo que he visto hacer a algunos anarquistas, que toman las palabras de los clásicos literalmente sin contextualizarlas temporalmente. Eso creo que no está bien. Creo que no sólo hay que mirar a los autores con espíritu de ideólogos o activistas contemporáneos, sino que también hay que ser un poquito historiadores e intentar interpretar el contexto en lo que vivían para entender como podían pensar.

    En la anarquía, donde el individuo tenga oportunidad de elegir lo que quiere hacer, es decir, donde no se da régimen de esclavitud del salario, todo es válido siempre y cuando sea algo no coactivo. Si quiere autoemplearse es asunto suyo, si quiere trabajar por un salario para otra persona es asunto suyo, si quiere tirarse de un puente para abajo es asunto suyo.

    Tu apunte sin embargo ES MUY BUENO, debo admitir, como crítica a los anarcocapitalistas que justifican alegremente en la situación actual el trabajo asalariado y lo ven perfectamente un contrato voluntario cuando para un libertario eso es muy cuestionable; las barreras de entrada, los monopolios, las regulaciones que existen en la economía, crean un contexto donde el trabajador se ve desincentivado para buscarse su propia forma de sustento y recurre a vender su fuerza de trabajo, es lo que se llama esclavitud del salario, y bajo esa situación creo que no se puede hablar de contrato libre y voluntario en todos los casos.

    Pero creo que ese error no lo cometemos en Mutualismo.org y tampoco hacemos apología sistemática a favor del trabajo asalariado.

  24. hacia la nada creadora dice:

    «En la anarquía, donde el individuo tenga oportunidad de elegir lo que quiere hacer, es decir, donde no se da régimen de esclavitud del salario, todo es válido siempre y cuando sea algo no coactivo. Si quiere autoemplearse es asunto suyo, si quiere trabajar por un salario para otra persona es asunto suyo, si quiere tirarse de un puente para abajo es asunto suyo.»

    pues muy bien podriamos proseguir, » si un individuo quiere ser esclavo de otro, es asunto suyo si desea ser esclavo del otro, si un siervo quiere ser el siervo del terrateniente eso tambien es asunto suyo, si a una mujer le gusta que su esposo le peque y le mande pues es asunto suyo». Y bueno pues todas estas opciones personales si son escogidas por la persona son «asuntos suyos». Desde el punto de vista anarquista de todas formas aqui ya no se da «anarquia» sino «arquia» y asi aunque uno mismo quiera subordinarse voluntariamente a otra persona, la voluntariedad del hecho no le quita el hecho de que sea una relacion jerarquica. Talves esta sea una de las principales diferencias entre el liberalismo y el anarquismo. El fenomeno de la «servidumbre voluntaria» es bien conocido desde el anarquismo y asi Emma Goldman desde puntos de vista nietzschechianos afirmaba la parte de complicidad en su opresion del oprimido en cuanto «voluntariamente» afirma su opresion. Y un texto apreciado, despues de todo, dentro del anarquismo como protoanarquista fue Étienne de La Boétie «discurso de la servidumbre voluntaria» publicado en 1576.

    Ademas la «contextualizcion» pues bien puede ser hecha constatando como la despoblacion de las areas rurales continua hoy en dia en todo el mundo menos en norte america y europa occidental y en algunos casos como en Colombia las expropiaciones a campesinos pequeños la hacen paramiliatares o como dirian los «anarcocapitalistas» formas de «seguridad privada»., y de alli todo el problema de los desplazados, tambien problema mundial sobre todo despues de las guerras civiles. De alli es comun que grandes terratenientes o los jefes de las milicias paraestatales se apropies de dichas tierras.

    En todo caso me parece buena la aclaracion sobre el trabajo asalariado. Y pues bien en todo caso Kevin Carson bien cita tanto a la escuela autriaca como a marxistas en su «Studies». Osea dos fuentes externas al anarquismo.

  25. Desde el punto de vista anarquista de todas formas aqui ya no se da “anarquia” sino “arquia” y asi aunque uno mismo quiera subordinarse voluntariamente a otra persona, la voluntariedad del hecho no le quita el hecho de que sea una relacion jerarquica.

    Exacto. Yo pienso eso también. Por eso a los anarcocapitalistas no los considero yo tanto anarcoindividualistas, sino más bien una escuela liberal radical partidaria del capitalismo que ha tomado o ha evolucionado hacia el antiestatismo del anarquismo. Su forma de pensar, les lleva a ver que una relación es libertaria en cuanto es voluntaria y no van más allá. Un anarquista ve las cosas de ota manera. Puede reconocer, por supuesto, el deseo de servidumbre voluntaria, ganas de suicidarse, enamorarse de tal forma de dejarse pisotear afectivamente por la pareja, etc., del individuo y respetarlo como individuo soberano consciente de sus elecciones, pero dirá que hay una relación jerárquica ahí y no libertaria. Como tal el anarquista no promocionará ese tipo de situaciones ni las buscará él mismo, mientras el liberal sí (de hecho bastantes hacen apología total de ellas, diría).

    Talves esta sea una de las principales diferencias entre el liberalismo y el anarquismo.

    Pues sí. Esto creo que tiene implicaciones importantes. Los anarcocapitalistas no ven nada intrínsicamente malo en las relaciones jerárquicas (empresa capitalista típica) en cambio los mutualistas (los de ayer y hoy) ven en ello algo que es intrísicamente antilibertario y tienden promocinonar más la relación horizontal, la cooperativa, la mutualidad. Aparte que los mutualistas reniegan de la propiedad lockeana de la tierra por verla como fuente de autoridad y jerarquía y creen en la propiead, tal como la entendía Proudhon, la posesión.

    El fenomeno de la “servidumbre voluntaria” es bien conocido desde el anarquismo y asi Emma Goldman desde puntos de vista nietzschechianos afirmaba la parte de complicidad en su opresion del oprimido en cuanto “voluntariamente” afirma su opresion.

    Algunos anarcocapitalsitas, en su poco entendimiento de los anarquistas, suelen pensar que los anarquistas son igualitaristas hasta el punto de que digan lo que digan, serían autoritarios. Están convencidos por ejemplo, que si en la anarquía un señor quiere trabajar por un sueldo para otro, saldrán anarquistas a prohibirlo y eso dicen que sería hacer emerger una nueva autoridad, un nuevo Estado que establecería una prohibición. No, no, no lo veo así. El anarquista no te va quitar, en la anarquía, en situación de libertad de elecciones plena, que si prefieres la servidumbre voluntaria trabajando para otro en lugar de para ti, la tengas, simplemente no considerará a esa relación libertaria y tenderá a estigmatizarla, mientras un anarcocapitalista pues sí la verá una relación liberal y no verá problema en ella.

    Ademas la “contextualizcion” pues bien puede ser hecha constatando como la despoblacion de las areas rurales continua hoy en dia en todo el mundo menos en norte america y europa occidental y en algunos casos como en Colombia las expropiaciones a campesinos pequeños la hacen paramiliatares o como dirian los “anarcocapitalistas” formas de “seguridad privada”., y de alli todo el problema de los desplazados, tambien problema mundial sobre todo despues de las guerras civiles. De alli es comun que grandes terratenientes o los jefes de las milicias paraestatales se apropies de dichas tierras.

    Considero precisamente el mutualismo moderno de Kevin Carson una forma de análisis y una propuesta que podría ser entendible ahora mismo a lo que se suele llamar «Primer mundo». En otros sitios, «no G-20», que no están en esa situación, es posible que otras formas de anarquismo fueran más apropiadas, aunque opino que no habría que desechar los análisis de Kevin Carson por «pequeño burgueses». Después de todo sobre su base teórica los sindicatos y organizaciones obreras tendrían un papel importante, así que sus ideas podrían servir de base al anarcosindicalismo, por poner un ejemplo.

    Un saludo,

    Alberto

  26. hola. solo pase por esta web para encontrar alguna otra informacion sobre bruno filippi(que es muy muy poca) obviamente no encontra gran cosa-nuevamente-. tengo una foto en el cual se muestra adoslecente y me llamo mucho la intriga cuando estaba reeditando fisicamente el texto : verso il nulla creatore de novatore. porque casi no hya ningun dato mas a pesar de que en la historia se los muestra como complices y grandes amigxs.
    si alguien tiene alguna otra informacion que valga la pena para incluirla en una reseña pues aqui e dejado mi email y nos podemos escribir.
    de igual manera solo e encontrado 3 fotos de novatore.
    queria hacer algo sutilmente bello. por eso mi interes mas por el contenido y la presentacion.
    os agradezco de antemano.
    toño

  27. hacia la nada creadora dice:

    soluciones parecidas a las proudhonianas en realidad talves estan muy presentes en el tercer mundo. por ejemplo esta todo el tema de los microcreditos y las microfinanzas (http://en.wikipedia.org/wiki/Microfinance). es claro que esto puede fluctuar desde esquemas mas mutualistas no estatales a cargo de activistas como el premio nobel de la paz 2006 Muhammad Yunus de Bangladesh hasta por ejemplo las iniciativas estatales de presidentes latinamericanos izquierdistas como Correa o Chavez los cuales se han quejado de la poca disponibilidad de credito accesible a los pobres y las altas tasas de interes en los bancos capitalistas, y han procedido a expandir formas de acceso estatal al credito a pequeños campesinos y a pobres urbanos. Asi acordemonos que Proudhon precisamente cuando fue legislador de Francia llevo su propuesta de Banco popular estatal con prestamos sin intereses y fue inmediatamente censurado para que de alli el decida convencerse mas de su antiparlamentarismo. De alli pues cabe comenzar a sospechar que en algunos casos de expansion economica a los sectores capitalistas y estatales no les conviene un sector popular autonomo y asi alternativas de credito o una democratica distribucion de la tierra no les conviene dado a que desean sus fabricas y sus haciendas y plantaciones llenas de trabajadores asalariados. Estas situaciones historicas las analizaron Charles Fourier como Proudhon y resulta que siguen vigentes hoy en dia en el «tercer mundo». Y claro que en el mundo de la globalizacion neoliberal el Banco mundial y el FMI siguen aplicando sus extorsiones a los estados del «tercer mundo» para que se sometan al concenso de washington. Asi es claro como una propuesta tan simple como la de proudhon de expansion del microcredito se pueda ver en la gran mayoria de paises del tercer mundo como muy dificiles de lograr.

    En si todo el tema muy popular en el Foro Social Mundial del «Fair Trade» http://en.wikipedia.org/wiki/Fair_trade promovido por ONGs como Oxfam y otras podriamos decir que se acerca a un esquema de valorizacion del trabajo y del intercambio similar al esquema proudhoniano por medio de la eliminacion de intermediarios.

    Pues si talves estos temas son muy «pequeño burgueses» pero muy bien a mucha gente alrededor del mundo le ha servido para mejorar su situacion y talves tambien poder evadir el tener que trabajar en una fabrica horrenda donde realizar trabajos repetitivos casi sin respiro a cargo de jefes mandones a veces hasta mas de 12 horas diarias como es muy comun en el mismo Bangladesh del señor Yunus.

    Pero de alli si veria que la solucion global mas abarcante si tendria que pasar en algun momento por la expropriacion de tierras (o como se le suele llamar «reforma agraria») y otros bienes de produccion a los ricos osea algo mas revolucionario. Yo veria que las empresas cooperativas, los artesanos autonomos y los campesinos cooperativos y autonomos muy bien podrian convivir. Y en el caso del mismo Bangladesh es claro que aunque muy loable la labor del señor Yunus, esta no podria esperarse que abarque a todos los pobres de Bangladesh y asi dicho pais por algo es un paraiso de las maquilas ultraexplotadoras con los famosos salarios de menos de 50 centavos de dolar por hora.

  28. Daniel dice:

    Hola. Les invitamos a conocer el Movimiento Mutualista que se está formando en Ecuador:
    http://www.ateneaecuador.org/

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