Mutualismo: 7 razones para el optimismo
El mutualismo todavía es extremadamente minoritario, pero hay motivos para pensar que eso puede dejar de ser así antes de lo que pensamos. El predominio de la ideología dominante tiene grietas importantes, y podemos aprovecharlas si conocemos bien cuáles son nuestros puntos fuertes. Aquí van 7 motivos para ser optimista:
1. El mutualismo tiene una respuesta sólida a 4 de las cuestiones que más preocupan a la gente hoy en día: el paro, la desigualdad, la corrupción política y el poder de las multinacionales. Incluso donde en principio no tenemos soluciones (p. ej., para los desahucios), podemos plantearlas ad hoc sin contradecir nuestras ideas fuerza.
2. Estamos libres de las enemistades históricas y simbólicas que a menudo obstruyen el debate político razonado. No somos comunistas ni conservadores; nacionalistas centrales ni periféricos. Al contrario que PODEMOS, a priori tenemos a poca gente cerrada al mutualismo.
3. En relación a lo anterior, criticar con la misma ferocidad a EEUU y a Venezuela otorga credibilidad y, al mismo tiempo, produce la sensación auténtica de que nuestras ideas son frescas. Cuando esa crítica combina elementos tan diversos como Mises, Chomsky u Orwell, la percepción del mutualismo es inmejorable. La gente se siente más cómoda con ideas que, en lugar de encerrarse en la trinchera, toman lo mejor de diferentes tendencias sin abandonar su esencia.
4. El mutualismo se defiende bien frente a expertos de cualquier ciencia social. Mientras los comunistas son tímidos frente a los economistas, nosotros podemos presumir de ser sólidos en economía y combativos con el capitalismo al mismo tiempo. En otras palabras: hemos superado un complejo histórico de la izquierda.
5. Entre los estudiantes, el mutualismo proporciona una alternativa educativa a la vez brutalmente radical y plausible. Ken Robinson (educación) y Kevin Carson (empresa) en el fondo hablan sobre la misma idea en ámbitos diferentes. Todo el que ha pasado por el sistema público de enseñanza es un mutualista en potencia.
6. Conservadurismo, comunismo y liberalismo vulgar exigen sacrificios especiales; el mutualismo no. Cuando no necesitas construir un ‘hombre nuevo’, las personas perciben que no tienen por qué abandonar su individualidad y se sienten más cómodas con tus ideas.
7. Por último, los mutualistas de media sabemos más sobre las demás ideologías de lo que éstas saben de nosotros. Es natural: tenemos que esforzarnos más para contrastar nuestras ideas con las ideas dominantes, mientras que el común de la gente todavía ignora que existe algo llamado mutualismo. Eso nos da una ventaja abrumadora en cualquier debate.
Mi impresión personal es que cuando la gente de izquierdas no doctrinaria se somete a los argumentos del mutualismo durante cierto tiempo y sobre varios temas, termina acercándose a nuestras ideas. Pero para eso debemos presentarnos como somos, autónomos de cualquier otra ideología y sin complejos.
Related Posts
6 Responses to Mutualismo: 7 razones para el optimismo
Deja una respuesta
« Mutualismo: una bibliografía comentada El mutualismo francés »
Victor, ¿qué quieres decir con que «todo el que ha pasado por el sistema público de enseñanza es un mutualista en potencia»?
Porque una de las carencias que yo le achaco a la educación estatal es el adoctrinamiento.
Pedro, quería decir que todo el que ha pasado por el sistema público de enseñanza conoce perfectamente sus carencias. Todo el mundo coincide en que podría haber aprendido mucho más si el sistema hubiera estado diseñado de otra forma, y en cierto modo todo el mundo coincide en cierta crítica básica (profesores de mala calidad y con pocos incentivos, estandarización asfixiante, exámenes inútiles, etc.). Una vez que se reconocen las carencias, los mutualistas tenemos mucho que decir sobre las alternativas. Y mi experiencia es que ese punto probablemente sea el más atractivo dentro de nuestras ideas.
Un saludo.
Saludos Víctor,
Aunque no he comentado acá, he pasado varias veces y veo que la página va de mejor a mejor. Y estos 7 puntos para el optimismo me resultan veraces y que llenan de ánimo a cualquiera. Aunque yo, siempre, desde el «sin adjetivos» más que del mutualismo per se. Nada, ya pasaré por acá más a menudo.
Nuevamente, ¡saludos a todos!
[…] por Rodrigo Viana. Para ler o original em espanhol clique aqui, reproduzido através da Esquerda Libertária. Victor L. é articulista e escreve para o site […]
Hola. Felicitaciones por el avance del blog. Me gustaría comentar el punto 4, en el que dice que el mutualismo puede ser sólido en economía y combativo al capitalismo. En realidad, conozco el mutualismo de lo poco que he leído a Proudhon y también de los artículos que he encontrado en este blog. Pero me encantaría si tal vez pudieran compartir conocimientos básicos de economía en base al mutualismo. La verdad a mi me costó mucho entender varias cosas, tuve que leer bastante sobre economía de otros autores para entenderlo. Es solo una idea que se me ocurrió, espero que la piensen y compartan. En fin, me encanta este blog y siempre lo estoy siguiendo. Sigan adelante.
Llegué a este portal en mi curiosidad sobre el mutualismo y rápidamente llamó mi atención alguno de los artículos dedicados a la educación, en ellos he visto en varias ocasiones el concepto “adoctrimamiento” referido a la escuela pública, no se a que sistema educativo se dirige esa crítica pero si lo hacen al sistema educativo español los autores de estas deben pensar que en los centros públicos españoles todavía se canta el Cara al Sol formados y uniformados con camisas azules antes de entrar en clase (¡señores! que estamos en 2021).
Después de estas palabras y de haberme desahogado pido disculpas a todas aquellas personas a los que mi odiosa comparación haya ofendido, pero como profesor de secundaria en un centro público yo también me siento ofendido cada vez que se utiliza el termino “adoctrimamiento”, bien por que desconocimiento del sistema educativo o bien por su utilización interesada para defender reformas educativas de claro corte reaccionario.
Como he dicho soy profesor en la “pública” y libertario (anarcoindividualista como lo fue mi abuelo, mi abuela y el padre de esta, mi bisabuelo al que los ceneteros requisaron su pequeña tienda de ultramarinos y obligaron a colectivizarse, pero esa es otra historia), y como yo hay muchos compañeros y compañeras (anarquisindicalistas de la CGT, izquierdistas libertarios, criptoanarquistas, etc.) que educamos en libertad, en valores como la tolerancia, el respeto a todas las etnias, credos y culturas, en la no discriminación, en la igualdad de genero y oportunidad, en el respeto a todas las identidades de genero y todas las sexualidades, en el respeto al medio ambiente, etc. Está claro que la enseñanza de todos estos valores para muchos militantes de PP, Ciudadanos y Vox es “adoctrinar”, para mí y mis compañeros/as es simplemente “educar”. Aquí los únicos que adoctrinan son los colegios del Opus Dei, el lobby que sostiene a buena parte de los partidos conservadores.
Si bien es cierto que trabajo para el estado (o lo que es lo mismo, para la administración aragonesa) reconozco efectivamente que el sistema tiene carencias: recortes, burocracia, profesores/as novatos/as, mucha interinidad, vacantes y sustituciones que no se cubren, etc., también hay muchos docentes y equipos directivos conservadores (aunque existen también muchos equipos directivos progres, yo mismo fui jefe de estudios en uno de ellos) y apuesto por un sistema educativo de carácter público no estatista, lo público y los estatal no son el mismo concepto, por ejemplo en muchas ciudades de España los colegios todavía son “municipales”, es decir, públicos pero no estatales. De joven deseaba crear una cooperativa o una entidad mutual donde de verdad educar en libertad al estilo “Escuela libre”, pero la vida me llevó por otros derroteros.
El problema que le veo al actual modelo cooperativista educativo es que o bien es de pago, y se convierte en elitista, o concertado, y entonces volvemos al problema inicial: dependencia del estado con problemas y carencias similares, tal vez la única ventaja es que la ingerencia de la inspección educativa es mucho menor.